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Por Ana María Ramos

Redacción El Inmobiliario

SANTO DOMINGO.-  Hablar del Restaurante Mesón de la Cava es pasearse por la naturaleza de un icónico lugar construido bajo una caverna, es bañarse de los recuerdos de la cultura taína y encontrarse con un singular clásico dominicano, donde constantemente merodea y se posa el amor, ante sus encantos.

Llegar a sus cuevas es una invitación a conectarse con los orígenes de nuestra historia y entrar en contacto con un ambiente diferente que durante 55 años ha sido una estampa capitaleña que ha servido para saciar el buen apetito de dominicanos y extranjeros, además de vivir una experiencia para los gratos recuerdos.

Ubicado en medio del principal pulmón de Santo Domingo, el parque Mirador Sur, este lugar guarda en sus archivos haber sido escenario de visitas de celebridades de la talla de Al Pacino, Brad Pitt, Vin Diessel, Don King, Shaquille O’neal, Robert Redford, entre otros.

A lo largo de 55 años ha sido remozado para embellecerlo. Fidel Pérez/El Inmobiliario.

Su nombre cuenta la historia de un estudiante dominicano en España, su fundador Oto Ricart, fallecido durante la pandemia, recorriendo los mesones situados en los sótanos, donde los viajeros se detenían a descansar y comer.

Siendo joven, vivió la experiencia en el país europeo donde cursó estudios y descubrió su pasión por la gastronomía. Al regresar a tierra caribeña, trajo consigo la idea de montar un restaurante, y junto a unos amigos emprendió el proyecto y crearon el Mesón de la Cava, que para entonces era una cueva abandonada que cientos de años atrás había sido habitada por piratas y otros habitantes; además de haber servido como campamento y área de seguridad del ejército americano, durante la intervención norteamericana de 1965.

Desde su nacimiento en 1967, dos años después de la Revolución de Abril, el Mesón de la Cava se ha convertido en un símbolo del amor, con espacios como la mesa 18 y 60 cómplices que aguardan pacientemente la llegada de enamorados con sus peticiones a cuestas y sus entregas de salto al compromiso.

“Se hacen muchas propuestas de matrimonio, es decir, que la gente ve al Mesón como un lugar romántico eso es lo que más abunda en el día a día nuestro”, cuenta Nicaury Caba, gerente de Mercadeo y Eventos.

Nicaury Caba. Fidel Pérez/El Inmobiliario.

Con un concepto familiar, en este lugar se llevan a cabo mensualmente un promedio de tres a cuatro bodas en sus distintos espacios, que ofrecen la oportunidad de escoger entre las Cuevas, La Terraza y el Jardín, esta última representa la más reciente atracción del espacio que ha tenido que ampliar frente a la demanda de cada vez más clientes.

En su cartelera también ofrecen paquetes para cumpleaños, graduaciones, aniversarios, bautizos y encuentros corporativos, en horario de doce del mediodía a doce de la madrugada. La Cueva dispone de capacidad  para 150 personas usando las diversas áreas, la Terraza para 200 y el Jardín hasta 80 personas.

“Todos nuestros platos son buenos aunque algunos destacan más que otros, dentro de ellos la paella de marisco. Durante años la gente ha venido aquí por la paella, seguimos de hecho haciendo el festín dominical que es una actividad que se realiza los domingos, que antes era tipo buffette. Aparte de eso el salmón en tabla que es un plato original, elaborado por el señor Oto Ricart, es horneado, glaseado sobre una tabla de cedro y tiene una mezcla de sabor exquisito”, expone la ejecutiva.

En la mesa 60 el amor siempre invita. Fidel Pérez/El Inmobiliario.

Un día normal promedio de visitas al Mesón de la Cava se sitúa entre 200 a 250 personas, fines de semana sube a 300 y hasta 400 los domingos, con el festín dominical que se lleva a cabo desde el mediodía hasta las cuatro de la tarde.

A lo largo de sus más de cinco décadas, el restaurant ha tenido etapas de remozamiento, con el propósito de mejorar sus condiciones, protegerlo y embellecerlo, sin perder de vista su esencia taína y la arquitectura rústica que es su estilo original y que se mantiene tal cual, añadiendo toques de elegancia “para resaltar que somos un restaurant de alta gastronomía. La terraza es totalmente natural”.

Afrontar las filtraciones es uno de los grandes retos cotidianos en Las Cuevas . “Nada fácil la gente lo ve muy bonito y cree que siempre está así pero por el tema de las filtraciones nosotros constantemente tenemos que estar haciendo arreglos porque como es una cueva siempre fluye agua por dentro, entonces para mantenerlo hay que estar corrigiendo. Otro tema es que al ser un espacio natural estamos expuestos a plagas y constantemente fumigamos”, explica Caba.

Para que fluya el oxígeno en las Cuevas disponen de una máquina que purifica el aire. Tras el fallecimiento de su dueño y fundador, Otto Ricart, quedó al frente su hija Amy Ricart y su esposo Roberto Ruiz Alma.

Paella por 35 años

Manuel Carrión, el artesano de la paella del festín dominical. Fidel Pérez/El Inmobiliario.

Manuel Carrión es uno de los 70 empleados que posee el Mesón de la Cava y quien lleva 35 años como cocinero en el lugar, donde llegó como fregador, aprovechó una media beca para un curso de cocina en el que demostró sus destrezas y a los dos años fue nombrado ayudante del chef. Es el artesano de la deliciosa paella del festín dominical que atrae cada domingo a cientos de familias al lugar.

Desde su trabajo ha vivido incontables historias, como cocinar para celebridades mundiales, aunque la principal la constituyen sus tres hijos, la mayor de 27 años; y cinco nietos que le aguardan cada noche en la comunidad de Haina, de donde ha viajado cada día, durante más de tres décadas.

“Me gusta mi trabajo y también hacerlo bien”, dice este fiel trabajador quien asegura que su trabajo no se limita a la paella, sino que todo lo que se prepara en el Mesón de la Cava él lo sabe hacer.

Europeos, haitianos, norteamericanos y rusos son los países que mayor representación concurren a probar el menú internacional del Mesón de la Cava, un icono en Santo Domingo, donde podrás vivir una experiencia gastronómica en un espacio único y diferente.

De tres a cuatro bodas cada mes se llevan a cabo en el Mesón de la Cava. Fidel Pérez/El Inmobiliario.

“Somos un espacio único, romántico, sublime y acogedor, dotado de una excelente gastronomía y los más altos estándares de servicio”, así lo describe Nicaury Caba.

En Las Cuevas, la Terraza o el Jardín si pruebas el cóctel de la casa, Paradise, sentirás la distinción de compartir en un ambiente para recuerdos inolvidables.