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La identidad del Beaterio está basada en su hospedaje, su seguridad, su tranquilidad y su discreción. Nos aseguramos de asesorar a los huéspedes con un equipo de recepción dispuesto y entrenado”. Rosmery de León, gerente de operaciones de la Casa Museo.

Por Amelia Cuesta

Redacción El Inmobiliario

SANTO DOMINGO.– Cada rincón de la Ciudad Colonial cuenta una historia. El Beaterio, hotel boutique es un lugar que podría pasar desapercibido, pero una vez lo encuentras, jamás te desprenderás de sus buenos recuerdos.

Ubicado en la calle Duarte #8, esta Casa Museo representa uno de los encantos de la zona, donde el 95% de los huéspedes son visitantes no residentes. Su estructura colonial data del siglo XVI.

Rosmery de León. Fidel Pérez/El Inmobiliario.

Una vez dentro -y a puertas cerradas- sientes el cambio de la atmósfera y cómo sus paredes, impregnadas de historia, te transportan a aquella época. Muebles originales y en perfecto estado han sido tapizados de tal manera que la esencia del lugar se mantiene en completa armonía.

Vitrinas con objetos de la época que fueron encontrados en el mismo espacio, como los tinteros, botellas de cristal utilizadas para medicinas y perfumes, partes de anafes e instrumentos musicales de los siglos XVI-XVIII, forman un conjunto que te traslada al lugar remoto de su nacimiento.

Originalmente, la Casa Museo era de dos pisos y en el proceso de adecuarla a hotel utilizaron su techo para hacer una terraza al aire libre con vista al Convento de los Dominicos, cuya orden religiosa fue la que creó este lugar con la misión de formar mujeres y orientarlas para brindar ayuda social, según cuenta Rosmery de León, gerente de operaciones del lugar.

Visitar el Beaterio es vivir la magia de ver sus paredes de piedra en coralina, que te permiten sentir cómo el calor disminuye y el aire se hace más fresco, mientras su luz selecta emanada de hermosas lámparas Tiffany en el lobby y la recepción, creando un ambiente cálido y acogedor.

El lobby tiene un techo alto con grandes vigas de concreto y madera, y desde aquí se aprecia el área de desayunar, un espacio dividido en dos partes, amueblado con sillas y mesas de metal adornadas con flores naturales, las cuales llena de vida rincones específicos e impregnan el ambiente con su dulce aroma.

Fuente: Booking.com

Al recorrer el pasillo encuentras un patio español con altas palmas, frondosos helechos con un verde imponente, y enormes maceteros en piedra, ¡perfecto para tomarse el cafecito de la mañana! El hotel boutique cuenta con once habitaciones divididas en sus dos pisos, cada una con una decoración única, ya que incluye piezas y colores que las diferencian, con sus estampas de la época de origen.

Lo que mayor crea uniformidad de estilo son las puertas en madera y sus manubrios, que simulan cruces de la época de los templarios, y sus camas con dosel en metal. Sus baños, pequeños, pues mantienen el tamaño de construcción original.

Fuente: Booking.com

De León comparte algunos detalles sobre lo que hace del Beaterio un lugar único:

  • Conserva gran porcentaje de la edificación original
  • Hay alrededor de cien artículos de la época
  • Todas las áreas tienen algún detalle histórico.
  • Los muebles son coloniales, lo que es motivo de atracción para algunos huéspedes que rememoran los recuerdos de la abuela, al llegar y observar el mobiliario.
  • Antes de ser un hotel, era un colegio y antiguos estudiantes pasan e identifican donde estaba el patio y su curso y hasta muestran fotos de confirmación de lo expresado.
  • Desde la pared de entrada hasta el segundo piso tienen literatura enmarcada que permiten hacer un tour por la historia, desde los hallazgos arqueológicos hasta quiénes eran los dominicos y el nacimiento del primer y único beaterio de Santo Domingo
  • El Beaterio tiene 15 años operando como hotel y desde entonces nunca se le ha realizado una renovación.

Clasificado como “edificio de valor documental–histórico y arquitectónico”, en 2016 fue declarado por el Ministerio de Cultura como el primer hotel-museo de la República Dominicana y por la Unesco como “Patrimonio de la Humanidad”, en 1990.

Fuente: Booking.com

El hotel-museo ofrece servicio personalizado, incluye desayuno y, por su localización, te invita a conocer todo lo que lo rodea, desde el parque que está al cruzar la calle hasta los restaurantes y museos. Es, definitivamente, uno de los lugares más hermosos, íntimos y detallistas que usted conocerá en la Ciudad Colonial.

Fuente: El Beaterio (elbeaterio.com)