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El Inmobiliario publicó varias historias sobre la situación de las filtraciones en los edificios y viviendas, un mal que se extiende a todo el país y que afecta a muchas de las edificaciones que se construyen en el país, sin importar vigencia.

Son temas que despiertan opiniones encontradas, de un lado los constructores exponen sus argumentos y de otro los adquirientes, quienes viven la situación, emiten sus quejas frente a la difícil realidad que representa tener un manantial de agua, cuyo problema a veces toma tiempo identificar la fuente de donde emana.

Nuestro asiduo lector, Alberto Bernadó, nos envió por Whatsapp un comentario que les compartimos porque en nuestro medio todas las voces tienen espacio.

“Yo a veces me indigno, cuando leo o escucho este tipo de garantías de las constructoras y sus “vicios” de construcción. En España dan 10 años de garantía, teniendo presente, incluso, los movimientos que realizan los edificios al asentarse y que crean grietas. Si utilizan buenos materiales y usasen rejillas adecuadas en desagües pluviales reducirían todo tipo de riesgo”.

Y continúa: “En España no hay problema en tirar papeles en el inodoro, supongo que porque las tuberías lo permiten, evitando tener un cubo con papeles sucios. Pero yo creo que las constructoras lo que intentan es reducir los costos al máximo y es ahí donde la calidad se resiente”.

Y sigue: “Yo puedo entender que hay que tener buen mantenimiento y que puede existir errores humanos o falta de mantenimiento que puedan atascar tuberías, pero eso se ve rápido cuando aparece un plomero. Hay un grave problema con la garantía y la duración de los materiales que se están usando”.

Uno de nuestros entrevistados de la semana fue el Gerente General de ATTICO Constructora, Luis Manuel Rosario, quien asegura que cada día la industria crea productos impermeabilizantes que ayudan a disminuir cada vez más las filtraciones, asegurando que los materiales que usan las constructoras son de alta calidad.

Atribuye muchas de las filtraciones a la falta de mantenimiento de los condóminos, estableciendo que en el país existe una cultura arraigada, que impide que a los inmuebles se les ofrezca mantenimiento como disponen las empresas fabricantes.

Una de las preocupantes consecuencias provocadas por la constante humedad que generan las filtraciones son las afecciones en la salud de las personas. Ivelise Acosta, neumóloga a quien consultamos citó las situaciones respiratorias y alérgicas que ocasionan las filtraciones.

Independientemente de las razones que cada quien esgrima, la realidad es que se trata de un tema que se ha hecho parte del rosario de problemas que afectan la sociedad dominicana, un riesgo para la salud y uno de los miedos más frecuentes con que tienen que lidiar los agentes inmobiliarios con sus clientes, especialmente los que se dedican a las reventas.

Ciertamente en el país no existe la cultura preventiva en ningún renglón de la vida, ni en la salud que es vital, porque no se trabaja como parte de las políticas públicas del Estado, que es el principal responsable de llevar a cabo los programas nacionales; tampoco las empresas privadas se preocupan ni destinan recursos para apoyar sus clientes en ese sentido, como siempre andamos navegando como barco a la deriva.