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Por Ana María Ramos

El Inmobiliario

Su encuentro con el oficio de los bienes raíces le llegó como un flechazo cuando laboraba en una entidad financiera en los años 80 y tuvo la oportunidad de cerrar un negocio inmobiliario. En ese momento, Mélido Marte, descubrió su conexión con un mundo que lo atrajo, como un amor a primera vista.
Conocía el sector por el que descubrió su pasión. Su padre, el general Mélido Marte, era ingeniero y construyó muchos de los cuarteles e instalaciones militares del país y de niño llevaba su vástago a los proyectos, aunque su incompatibilidad con los números predijeron que no seguiría la profesión paterna.
“Realmente soy un ser humano más y ninguna emoción humana me es ajena. Soy un servidor inmobiliario, una persona que inició esta carrera en marzo de 1989”, así se define el director regional de RE/MAX República Dominicana.

Aunque entiende que la carrera es utilizada por muchos como trampolín, para él, que en su extenso recorrido de 34 años ha participado en otras áreas de la industria, su eterna inclinación a ser agente inmobiliario le corre por las venas y es lo que le hace sentir “como pez en el agua”.

“Lo mío es ser agente inmobiliario, acompañar a la gente a tomar una decisión que es tan primaria como la de tener el alimento o el vestido, que es contar con un techo donde cobijarse para proteger a la familia de la intemperie, pero que también es el cobijo del trabajo, de la diversión y de las actividades humanas”.

“¿Qué siente Mélido Marte cuando le entrega las llaves de una casa a una familia?”, una pausa invade la conversación con El Inmobiliario, la emoción aflora, fluyen las lágrimas y tras un prolongado silencio, responde: “Te puedo decir que ver los ojos brillar de satisfacción, especialmente cuando se trata de una madre, por tener un techo para sus hijos, es probablemente una de las sensaciones más bellas que uno puede sentir. Que tú seas instrumento, medio o catalizador de hacer realidad el sueño de alguien, no hay dinero que lo pague”.

Aunque reconoce que es un “hijo de papi y mami”, deja claro, sin embargo, que ello no significa que lo logrado, haya sido fácil para él. “Todo ser humano tiene su propia cruz, la que carga. Para todos, nuestras cruces son pesadas. He tratado, bueno… de manejar y superar esas cargas”, comenta.

34 años de trayectoria
Este 2023, RE/MAX República Dominicana reconoció la trayectoria de más de tres décadas de Mélido Marte, destacando su visión y compromiso para posicionar la marca en el país.

Sobre su despegue, cuenta el recorrido: se asoció con Nelson Jáquez en una pequeña oficina, trabajó independiente, luego fue encargado de la división inmobiliaria del bufete de abogados Castillo & Castillo, hasta que, el 13 de noviembre de 1995 firmó como asociado en ventas de RE/MAX Santo Domingo. Dos años más tarde adquirió los derechos para la franquicia a nivel Metropolitano; y el 1 de enero de 2015, pasó a ser director regional, adquiriendo los derechos de la misma para todo el país.

Marte ha cosechado una notable lista de reconocimientos. Asegura que sin contar el territorio norteamericano, República Dominicana es el país que ha obtenido el mayor número de premios de la marca: Bróker Honor del Año, mayor número de transacciones en agente y en oficina a nivel nacional, regional, internacional y mundial. “Hemos sido en varias ocasiones “Number One Closer Transactions Worldwide”, obteniendo galardones personales y como agencia, tanto a nivel global como mundial”.

Casado con Marianela Lorenzo, ha procreado a Mélido Eduardo, Graciela Marie y María Fernanda. Para orgullo y satisfacción del padre, todos forman parte de RE/MAX Metropolitana. Bailarín, liceísta y practicante del squash, un deporte a través del cual canaliza las tensiones del día a día.

Sobre su legado prefiere citar el acompañamiento a colegas ayudándoles en su labor, la asesoría a miles de familias para que hagan realidad su sueño de un techo propio; a promotores a iniciar sus empresas y en el mercado inmobiliario se considera una escuela. ¿En qué sentido?, pregunté. Marte respondió: “Bueno, al pasar cientos de agentes por estas paredes hay una impronta creo yo, un estilo, una forma de hacer la labor y quizás, habré impactado a esas personas, y quiero pensar que sí, que he hecho algo bueno, bonito y necesario”.

La ética ha sido su regla de oro a lo largo del camino, acuñando la frase “no hagas a otros lo que a ti no te gustaría que te hagan” o “hazle al otro lo que a ti te gustaría que te hagan”. Observa que la realidad de los agentes inmobiliarios sigue siendo competitiva, ahora más veloz, “quizás más radicales”, pero entiende que los retos no varían. “Es descifrar el futuro y adecuarse al mismo”, asegura.

Para seguir regando “las semillas inmobiliarias”, trabaja en la actualidad en un proyecto que espera dejar en el archivo de sus improntas, siempre presto a trabajar como asesor inmobiliario porque cuando haces lo que te gusta, jamás tomas en cuenta la palabra trabajo. Y si volviera a nacer, afirma que elegiría de nuevo la misma profesión. “Lo he disfrutado muchísimo, esta ha sido una oportunidad para mí, para conocer al ser humano, conocerme a mí mismo y autosuperarme permanentemente”, concluye.

Fotos: Fidel Pérez / El Inmobiliario

Entrevista publicada en El Inmobiliario impreso.