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Los residentes que violen las reglas contenidas en las disposiciones puestas en marcha por las autoridades de la ciudad de New York para la utilización de las plataformas de renta corta, podrían enfrentar multas de hasta $5,000 dólares por infracciones reincidentes, y para las plataformas las penalidades serían de hasta $1,500 por transacciones que involucren alquileres ilegales.

Ofrecer hogares en alquiler temporal en Nueva York utilizando plataformas como Airbnb, Vrbo y Booking.com ha quedado limitado tras la entrada en vigencia el pasado 5 de septiembre del presente año, de leyes más estrictas sobre cómo y cuándo los residentes pueden hacerlo.

Las nuevas regulaciones, que la ciudad comenzó a hacer cumplir después de una serie de impugnaciones judiciales, también exigen que los anfitriones se registren ante la alcaldía para poder alquilar a corto plazo. Para cobrar las tarifas asociadas con las estancias de corta duración las empresas intermediarias deben comprobar que esa solicitud de registro haya sido aprobada.

Hasta el pasado 28 de agosto la ciudad había recibido alrededor de 3,250 solicitudes de registro y sólo se habían aprobado 257.

La ciudad dijo que no sacaría a los huéspedes de alquileres ilegales a corto plazo a menos que hubiera riesgos para la salud o la seguridad en el apartamento. Las reservaciones actuales quedan vigentes, pero a partir del 2 de diciembre serán canceladas y reembolsadas, según Airbnb.

La alcaldía de NYC sostiene que la proliferación de alquileres a corto plazo a través de Airbnb y otras plataformas ha hecho subir los alquileres y contribuido a alimentar la escasez de viviendas en la ciudad aumentando la indigencia, además de representar una competencia desleal para la industria hotelera, según reporta el periódico hispano el Diario.

También algunos vecinos dicen con los alquileres a corto plazo en sus edificios conllevan un mayor riesgo de delincuencia, ruido excesivo y problemas de limpieza.

Airbnb alega que las nuevas reglas equivalen a una “prohibición de facto” de la plataforma, y otros críticos dicen que la ciudad está cediendo al lobby de la industria hotelera y bloqueando opciones más baratas para los visitantes.

Durante años, la ciudad ha sostenido que las leyes existentes impiden que las personas alquilen casas a huéspedes por menos de 30 días, a menos que el anfitrión esté presente durante la estancia. Además, no se permite que se queden más de dos huéspedes a la vez y deben tener fácil acceso a toda la casa.

Pero sigue habiendo numerosos listados de alquileres de apartamentos y casas enteras, y la ciudad ha argumentado que empresas como Airbnb no están vigilando sus plataformas con la suficiente agresividad como para erradicar a los infractores.

Un funcionario de la ciudad afirmó en un expediente judicial de julio que más de la mitad de los ingresos netos de $85 millones de dólares de Airbnb en 2022 por alquileres a corto plazo en la ciudad de Nueva York provinieron de actividades ilegales. La empresa cuestiona esa cifra.

Christian Klossner, director ejecutivo de la Oficina de Cumplimiento Especial de la Alcaldía de NYC, dijo que las nuevas reglas crearían un “camino claro para los anfitriones que siguen las leyes de larga data de la ciudad”.

En mayo del año pasado se determinó que en Nueva York la cantidad de alquileres a corto plazo disponibles había eclipsado la de los apartamentos ofrecidos para vivir a largo plazo, según una comparación de informes de la empresa inmobiliaria Douglas Elliman y dos sitios de procesamiento de números de Airbnb.

Más de 2 millones de neoyorquinos viven en apartamentos con alquiler estabilizado. Según los críticos de Airbnb, muchos de sus costosos listados entran en esa categoría, sin que lo sepan los caseros ni el público.

De acuerdo con The New York Times, la ciudad estima que unos 10 mil apartamentos de Airbnb en 2022 eran fraudulentos.

Fuente: El Diario/Milenio