Coincidiendo con un trabajo que publicamos en la edición de este día sobre los desafíos que entienden líderes del sector, afronta este nuevo año el mercado inmobiliario dominicano, nos permitimos comentar algunos puntos que fortalecen algunas de las teorías planteadas por nuestros entrevistados, sobre el dinámico y pujante campo de los bienes raíces en el país.
En el año y tanto que lleva en escena El Inmobiliario, hemos asistido a diversos eventos, conversado con actores múltiples, compartido con líderes y hemos entrevistado a sus protagonistas, hombres y mujeres trabajadores, a los que los unen metas y proyectos.
Aunque el sector no dispone de estadísticas con las que puedan compararse cifras interanuales, el seguimiento que hemos mantenido en el tiempo en que lleva publicándose nuestro medio, nos habla de un significativo crecimiento en el mercado de empresas y agentes individuales, insertados al oficio.
Este crecimiento que en el país se lleva a cabo sin filtros, regulaciones ni límites, debido a la inexistencia de normas que determinen los requisitos para entrar al mundo inmobiliario, pone en riesgo, muchas veces, el proceso de compra de adquirientes e inversionistas que no reciben oportunas y satisfactorias informaciones al momento de interesarse o adquirir un inmueble.
Este exponencial incremento demanda nuevos escenarios desde donde puedan ofrecerse capacitaciones y entrenamientos permanentes que puedan servir de alternativas y motivación para que los nóveles agentes puedan formarse, recibir información oportuna y ofrecer un servicio con calidad.
Se hace necesaria la creación de nuevas vías que respondan a la alta demanda de agentes, que sumadas a los esfuerzos existentes, sirvan de complemento y oportunidades, más aún en momentos en que República Dominicana se encuentra en la mira internacional, colocada como uno de los principales destinos turísticos mundiales, lo cual ha despertado el apetito de inversionistas nacionales y extranjeros que desean colocar capitales en el creciente campo de los bienes inmuebles.
Con asesores inmobiliarios capacitados, que ofrezcan un servicio de alta calidad y con el nivel requerido, gana el sector y el país. De ahí que de todas las consideraciones contenidas en el texto que hoy publicamos, nos quedamos con dos: la formación de agentes y la necesaria unidad del sector, pues ambas se complementan.