Últimas noticias
Skip to main content

“La ética es no hacerle a otros lo que no te gustaría que te hicieran a ti. Con esa simple pregunta que te hagas pudieras normar tu acción frente a los demás”.

SANTO DOMINGO.- El desconocimiento generado por la incursión improvisada de “agentes” al sector inmobiliario, es parte de las razones que provocan las prácticas insanas que en ocasiones amenazan las operaciones de compra y venta de propiedades y dañan uno de los principales negocios en la vida de un ser humano, como lo representa la adquisición de un inmueble.

La ética es la disciplina a través de la cual las personas reflexionan sobre un determinado proceder, más específicamente se define como la materia que estudia el comportamiento humano y su relación con las nociones del bien y del mal, los preceptos morales, el deber, la felicidad y el bienestar común.

Es un tema que maneja al dedillo Teresa Pérez de Peralta (Dona Tere), quien ha dirigido en varias oportunidades el Comité de Ética de la AEI, Asociación de Agentes y Empresas Inmobiliarias y con su amplia experiencia analiza los aspectos relativos al manejo de la ética en el sector inmobiliario.

 “El término ética en el negocio inmobiliario se aprecia mucho más que en cualquier otro negocio porque las relaciones no son particulares, generalmente se hacen entre dos o más iguales. Es algo intrínseco del ser humano saber reconocer qué no debo hacer frente a los demás y viene mucho con la naturaleza, formación y con los valores de las personas en sentido general”, explica la también docente.

Entiende que la forma correcta como debería iniciarse el negocio inmobiliario es conociéndolo, de ahí su recomendación para que la puerta de entrada al mismo se haga a través de la AEI y los cursos que la entidad realiza para los nóveles agentes, donde se les instruye adecuadamente.

“Por eso insisto en que lo que no lo conocen que es la mayoría, si se guían por el Código de Ética de la AEI, pues pueden terminar reconociendo donde están los pro y los contra de por qué se daña el negocio en el camino o al final del mismo”.

Los agentes inmobiliarios deben guiarse siempre por un código de ética. (Fuente externa).

La ética-dice- es no hacerle a otros lo que no te gustaría que te hicieran a ti, “con esa simple pregunta que te hagas pudieras normar tu acción. La mayoría llega al negocio inmobiliario sin mucha normativa, porque no tienen otra cosa que hacer, tienen relaciones, saben quien vende y compra y comienzan a operar en un sistema que desconocen”, insiste la experta.

Doña Tere invita a los agentes a conocer el Código de Ética de la AEI porque a través del documento podrá ilustrarse sobre como comienza y se desarrolla el negocio inmobiliario. En su acápite C y D, capítulo uno, artículo, el reglamento sostiene:

“El CBR (Corredor de Bienes Raíces) debe asegurarse de la identidad y capacidad legal de sus clientes, así como de la correcta identificación, estado, características, gravámenes y situación registral y legal de los bienes o derechos, objeto de su gestión, y es responsable de informar a sus clientes de cualquier vicio aparente de los mismos y cualquier información de que tuviera conocimiento y que tenga suficiente importancia como para afectar la negociación”.

“No es responsable sin embargo, continúa explicando,  de la solvencia de vendedores y compradores, ni de las excepciones de carácter personal que puedan oponerse unos a otros, ni del vicio oculto de los bienes o derechos en cuestión. Ni puede ofrecer garantía de evicción. El CBR debe asesorar correctamente a sus clientes, para lo cual debe tener los conocimientos básicos de la profesión de correduría de bienes raíces, de las leyes que le afectan y de las condiciones legales y físicas de la propiedad que ofrece, la cual debe haber visitado por lo menos una vez antes de ofrecerla”.

Donde mayor se manifiesta la falta de ética-dice doña Tere- es en el respeto a los acuerdos entre los actores del negocio inmobiliario, tales como reconocimiento de la comisión a pagar, uso de la información que da el colega para aplicarla en provecho propio y que en la mayoría de las veces no son por escrito, pero están establecidos en el código y deberían por tanto ser conocidos por todos.

Destaca la contribución hecha por la AEI al sector que hace más de 20 años lo dotó de un “marco ético y legal que rige las actividades y negociaciones entre si”, además de impartir en su CBR 01 el tema del Código de Ética para que el que se inicia en el negocio inmobiliario conozca de este instrumento.

“Exhortamos a la nueva generación de agentes inmobiliarios que asuman el Código de Ética como su guía para todas las acciones en el negocio, frente a sus colegas que siempre serán sus socios, a los clientes para preservarlos para siempre y frente a los demás actores de esta actividad lo que les ganará un prestigio en el corto plazo y para siempre”, apuntó la también secretaria de la Junta Directiva de la AEI.