Vender una propiedad no depende únicamente del precio o la ubicación. La presentación, el estado físico y la experiencia del comprador durante la visita son factores clave que pueden acelerar el proceso de venta. Según expertos del portal MeCuadra, aplicar ciertas estrategias puede reducir el tiempo de venta hasta en un 40%.
Antes de mostrar tu propiedad, es recomendable hacer un diagnóstico general. Revisa el estado físico del inmueble: grietas, humedad, pintura desgastada o acabados dañados. No es necesario remodelar todo, pero sí corregir detalles que puedan generar dudas, como grifos que gotean, puertas que no cierran bien o bombillas fundidas.
Ambientes agradables y funcionales
La iluminación y ventilación también juegan un papel importante. Espacios bien iluminados y aireados transmiten amplitud y confort. Abrir cortinas, usar bombillas cálidas y asegurarse de que no haya olores desagradables puede marcar la diferencia.
Presentación limpia y neutral
Otro aspecto esencial es despersonalizar los espacios. Retirar fotos familiares, objetos personales o decoraciones muy específicas permite que el comprador se imagine viviendo allí. A esto se suma la limpieza profunda y el orden, especialmente en áreas como cocina, baños y closets.
Primera impresión y presencia digital
La entrada, fachada y áreas comunes deben estar impecables, ya que son lo primero que ve el comprador. Finalmente, no descuides la presentación digital. Usa fotos profesionales, buena iluminación y una descripción clara, ya que la mayoría de compradores inicia su búsqueda en línea.
Una propiedad bien presentada genera más visitas, destaca en los portales inmobiliarios y puede justificar un mejor precio. Además, transmite confianza y profesionalismo, lo que facilita la negociación.
Fuente: https://mecuadra.com

