SANTO DOMINGO.- República Dominicana afronta una cadena de dificultades que incluye más de 70 requisitos y una ruta crítica de hasta 10 instituciones para lograr los permisos para la construcción de una vivienda, razones que contribuyen a que el país se ubique como uno de los de mayor crecimiento de unidades habitaciones informales en América Latina y El Caribe, además del déficit habitacional que padece.
De acuerdo a los datos ofrecidos durante la 6ta jornada del Código Modelo Sísmico para América Latina y El Caribe el crecimiento de la vivienda informal en el país ronda el 70%, mientras país como Perú alcanzan el 40%, Ecuador 55% y Colombia 50%.
Vivian Reyes, viceministra de Normas y Tramitaciones del Ministerio de la Vivienda, Hábitat y Edificaciones (MIVHED), expuso 16 desafíos que debe afrontar la nación dominicana para superar la producción de viviendas.
“La compleja ruta crítica de aprobaciones. Más de 70 requisitos y hasta 10 instituciones. Normativa desactualizada a la realidad constructiva, no adaptada a la autoproducción”, subrayó la funcionaria ante representantes de 15 países que desde el pasado miércoles participan del encuentro en el Hotel Barceló, en Santo Domingo.
Reyes añadió la heterogeneidad en criterios y requisitos para el otorgamiento de permisos en los gobiernos locales, el crecimiento no planificado hacia suelos con diferentes tipos de vocación y zonas vulnerables, ausencia de dotación de servicios e infraestructuras conexas.
Además, citó los problemas de titularidad o del estatus jurídico de los terrenos, el costo del suelo urbano que según las cifras que presentó anda por el orden de entre el 8 al 20% del costo de la vivienda.
Agregó la baja capacidad de ahorro/ingreso sumado a la informalidad laboral que limita el acceso al sistema financiero formal, el valor del dinero y su impacto en la demanda, las trabas legales para mayor volumen de financiamiento a la producción de viviendas, a costos razonables.
Reyes añadió el desplazamiento de la demanda, estableciendo que alrededor del 70/ no reside en el país, el aumento de la oferta destinada a renta corta, escasa innovación en métodos constructivos, la poca asistencia técnica cualificada y accesible para la autoproducción y el costo de los materiales de construcción que se trasladan al precio de la vivienda.
Dentro de los retos mencionó los tiempos de respuesta para la obtención del título y su impacto en los costos de financiamiento de la producción de viviendas.
Al exponer sobre los «retos en la aplicación de códigos en República Dominicana: edificaciones-vivienda informal», Reyes dijo que dichos desafíos implican enfrentarse a un peligro o dificultad por lo que la acción ante los mismos debe ser a corto plazo o de inmediato.
En ese sentido, citó la inversión pública en vivienda social, infraestructura urbana y social, regulación adecuada del uso del suelo en cuanto a la relación y entre economía y oferta de vivienda y el compromiso entre Estado y el sector privado para la supervisión y cumplimiento de normas de construcción definidas.