Inaugurar un medio de comunicación, aún digital, con los criterios de rigor donde prevalezca la responsabilidad, el compromiso y la ética no es tarea fácil, aunque a simple vista lo parezca, máxime cuando se trata de un área donde no existían antecedentes de contenidos.
Como primer periódico de este género, el día a día de El Inmobiliario se convierte en un reto cada amanecer para quienes nos hemos planteado la encomienda de sacar hacia adelante un producto de calidad, novedoso y que resulte de interés.. Queremos mirar más allá de la simple cotidianidad que envuelve el campo inmobiliario, sacar sus realidades, mirar los seres humanos que la habitan y sus diversidades.
Una de las motivaciones para aperturar esta iniciativa fue el vacío comunicacional externo que observamos en el sector, aún con la importancia que reviste para la economía, en los medios tradicionales la fuente inmobiliaria brilla por su ausencia y escasas veces sus actividades se reseñan. Nuestra misión claro, enarbolará siempre la bandera de la verdad, la utilidad y las buenas intenciones de un producto que hacemos con el corazón y a puro pulmón.
Y en ese parto diario se nos ocurrió la idea de llevar a cabo esta semana un sondeo sobre la población de género en un grupo de agencias inmobiliarias de Santo Domingo, algunas de las cuales extienden su radar hacia diversos puntos del país, a través de sus filiales.
Los resultados no científicos, para nada sorprendentes. En números las mujeres superan con creces a los hombres, pero como siempre, la población minoritaria de masculinos se alza con los puestos de dirección en la mayoría de las empresas.
No se necesitan certificaciones oficiales. La historia se repite una y otra vez, en cada espacio, en cada renglón, en cada oficina. La paridad de género está ausente y en cada experiencia, las mediciones arrojan iguales resultados de desventaja para la población femenina.
En los escasos dos meses que llevo conectada desde esta tribuna con la industria inmobiliaria, he conocido notables guerreras, que me ratifican una vez más la grandeza femenina.
Y para ser justa, como me gusta serlo, lo mismo he encontrado fieles colaboradores permanentes que han llenado espacios de El Inmobiliario con su solidaridad, colaboración, motivaciones y su mano amiga. A todos nuestra gratitud infinita.
Sin embargo, esa reconfirmación de la situación de género en todos los ámbitos de nuestro país, nos dice que aún hay mucho camino por recorrer. He acudido recientemente a un evento invitada por una agencia y el escenario dirigido a desarrolladores, estuvo repleto de hombres, más adelante confirmaremos como anda el movimiento en ese renglón, aunque a simple vista predigo igual realidad.
Es cierto que una posición no te define como ser humano, pero reconocer el talento y las capacidades femeninas es un justo reconocimiento y una deuda que la sociedad sigue teniendo con la mujer. Nos toca seguir conquistando el mundo.