Por Paola Feliz
«Nos vemos en los tribunales». ¿Te suena esta frase? ¡Seguro que sí! Es la típica palabra que se usa frecuentemente y a veces, hasta alegremente, cuando se pretende hacer un reclamo en busca de justicia, para hacer frente a un conflicto, de una forma típica y común: a través de la justicia tradicional (los jueces y tribunales).
No nos engañemos, todos sorteamos conflictos todos los días y hoy, en mayor número, en la convulsa, incierta y estresante época de pandemia que hoy vivimos, hemos visto grandes negociaciones caerse, empleados demandar a sus empresas, compradores demandar a constructoras, constructoras demandar a suplidores, socios poner fin a una relación de años, condominios residenciales en constante guerra, menciono estos ejemplos, para muestra un botón.
Es un secreto a voces que, en la cultura en que hemos crecido y nos desarrollamos, a la orden del día nos invaden las confrontaciones, de litigio, de la competición, desde que nacemos se nos educa para ganarle al otro, para competir contra el otro y estos patrones lo repetimos en la edad adulta.
Como consecuencia de lo antes expuesto pagamos un precio muy alto, tales como el tiempo cuyo promedio para resolver un litigio en nuestro país supera el año y medio (1.5) años; altas sumas de dinero dispensadas en gastos legales sin tener la garantía de tener causa gananciosa; la imagen de la empresa se ve dañada por estos procesos litigiosos públicos y orales, donde salen a relucir detalles de vital importancia para la misma.
Además del desgaste y daño irreparable de las relaciones, pues en la medida en que intentamos resolver los conflictos mediante estrategias duras, que poco implican diálogo y concertación, vamos creando un clima que nos separa más y más de las personas.
¿Cómo dar una vuelta de tuerca?
No todo está perdido. Para nuestra fortuna contamos con una poderosa herramienta, poco conocida y utilizada en nuestro país, pero que puede dar un giro a las situaciones conflictivas que experimenta el sector inmobiliario a cada minuto: la mediación.
Se trata de un Método Alternativo de Resolución de Conflictos (MARC) o ADR (Alternative Dispute Resolution) por sus siglas en inglés. Este recurso toma fuerza a partir de los años 60 en Estados Unidos y en Europa a partir de los años 90, con la intención de descongestionar los tribunales y ofrecer a las personas en conflicto una vía alternativa y pacífica de resolver sus diferencias.
Es un espacio de diálogo seguro, conducido por un tercero, que es neutral e imparcial, que sirve como canal y guía de la comunicación entre las partes en conflicto, para ayudarlos a construir sus propias soluciones, mediante técnicas específicas.
La mediación ofrece potentes beneficios:
1. Confidencialidad: es un proceso que se realiza bajo los más altos estándares de confidencialidad, todo lo que se diga en mediación está protegido por el secreto profesional, lo cual es altamente interesante para empresas y personas que quieren mantener sus asuntos bajo la más absoluta discreción.
2. Es voluntario: quienes participan pueden decidir si llegar o no a un acuerdo, si permanecer en mediación o abandonar dicha herramienta y utilizar otra estrategia para resolver su conflicto, como ir a los tribunales.
3. Autocompositiva: nadie le impone una solución a quienes vienen a la mesa de mediación, sino que la misma la encuentran los mediados y es fruto del diálogo, de la exploración y de la comunicación que tienen de forma segura y en un ambiente privado y de respeto.
4. Neutralidad: el mediador es un agente, un canal de la comunicación, sirve a ambas partes en conflicto de igual manera, no juzga, no critica las creencias, valores, percepciones de las partes en conflicto.
5. Imparcialidad: el mediador no se inclina, ni tiene preferencia por ninguno de los dos, ofrece a ambas partes la oportunidad de expresarse libremente.
Además ahorra tiempo porque representa mucho menor en comparación con un proceso judicial. El conflicto puede resolverse en un encuentro de dos horas o en tres o cuatro encuentros de la misma duración.
Los honorarios del mediador son significativamente menores que los legales que implican ir a juicio.
En la mediación nada está escrito en piedra, si se requiere modificar la agenda, incrementar o reducir el número de sesiones, es decisión de las partes y el mediador se ajusta a ello.
Los acuerdos nacen de las mismas partes en conflicto hechos a su medida y producto del diálogo que establecen con ayuda del mediador, no impuesto por un tercero, como un juez, que establece ganadores y perdedores, lo cual representa una ventaja porque a mayor implicación de las partes en la creación de la solución sube el nivel de satisfacción.
En conclusión, la mediación es una herramienta valiosa, probada y con un potencial enorme para ayudar en la resolución pacífica de los conflictos inmobiliarios. Aporta grandes ventajas y beneficios, al tiempo que es un método económico y rápido, ya probado y ampliamente utilizado con mucho éxito en países como Estados Unidos, España, Argentina, Canadá, entre otros.
Estoy lista para servirte como mediadora y ayudarte a darle un giro de tuerca a ese conflicto para que dejes de ser un dolor de cabeza.www.mediacion.org, paola@mediacion.org. Teléfono 809-995-5188
La autora es Mediadora Certificada por el Colegio de Profesionales en Psicología de Costa Rica, diplomada en Métodos Alternativos de Resolución de Conflictos por la Universidad Católica de Salta, Argentina, formada en el Programa de Posgrado de Mediación, Negociación y Resolución Alternativa de Conflictos por la Universidad de Buenos Aires Argentina. Licenciada en Derecho por la UASD (Magna Cum Laude), maestranda en Mediación y Gestión del Conflicto.