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SANTO DOMINGO.- Él es oficialmente pintor, plomero y electricista. Pero si solicita sus servicios y tiene otras necesidades que resolver en su casa, pregúntele porque seguramente tenga la solución inmediata. La alta responsabilidad con que asume su trabajo, le ha valido alta demanda, pues quien lo contrata, lo recomienda y así multiplica cada día su amplia cartera de clientes satisfechos.

Es Luis Delgado, un hombre laborioso que vino desde Constanza en 1995 a “romper brazo” a la capital dominicana, y quien ha batallado sumergido siempre en el campo de la legalidad y el buen comportamiento.

Luis Delgado, un ser humano que le busca la vuelta a la vida.
(Fuente externa).

Casado con Marianela Ruiz desde hace 19 años, con quien ha procreado tres hijos de 14, 16 y 18, este polifacético trabajador, aprendió plomería a puro golpe de calle, al igual que su buena técnica para pintar, que complace a todo quien solicite su servicio. Tenga seguro que si Luis pinta su casa, no quedarán chivos ni mucho menos desorden, su técnica es pulcra y sin rastros.

Este buen cristiano, perteneciente a la iglesia Pentecostal Fe y Obra, no pertenece a la secreta, como dicen en broma, refiriéndose a quienes profesan una religión y no hacen honor a la misma. Jamás le hará un servicio pensando en el dinero, sino en la solución que pueda darle a la persona, siempre le busca la vuelta con el menor costo posible.

El curso de electricidad lo hizo en el Circulo Profesional. Empezó a laborar en EDESUR como repartidor, luego fue lector de contadores, de ahí pasó como encargado del departamento de lectura.

En 2008 se incorpora a la Asociación Dominicana Pro Bienestar de la Familia (Profamilia), donde aún labora como encargado de mantenimiento. Previo fungió como chofer por dos años, después asistente de mantenimiento y luego su cargo actual.

“Luis es una persona que a pesar de pasar muchas vicisitudes ha sabido levantar su familia, ha mantenido siempre sus valores, nunca desdobla su ética, es muy Cristiano desde hace muchos años, nunca ha sonado en escándalos en su trabajo, mantiene su integridad. Siempre dispuesto a cumplir con las solicitudes que le demanden tanto dentro como fuera, es empático, muy solidario, nunca dice un no y si sabe que el trabajo se puede retrasar, te dice mira mejor lo hacemos más tarde, pero te cumple, espera siempre a sus compañeros si se quedan tarde trabajando en la oficina, aunque esté fuera de su horario. En fin, Luis es un ser humano que no quebranta su forma y por eso tiene tanto tiempo en Profamilia”, comentó su compañero de labores José Miguel Renville.

Hombre decente, que tiende su mano amiga al prójimo. Fajador sin límites; de lunes a viernes labora desde el mediodía en su empleo formal, mientras las mañanas y fines de semana se distribuye entre los múltiples requerimientos de sus clientes particulares, a quienes coloca en su agenda, porque si no puede no se compromete y si lo hace, cuente con eso, que si hay imprevistos, llamará para explicar, presentar excusas y reagendar.

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“Mi trabajo ha sido por la responsabilidad y la confianza que le inspiro a la gente, porque tengo la dicha de que cuando hablo con una persona, no duda en confiar en mi”, sostiene Luis.

Este luchador es un vivo ejemplo de que con disciplina y dedicación se obtienen recompensas. Sus tres hijos son estudiantes, el de 18 cursa ya la carrera de contabilidad; y junto a su esposa son adquirientes de su propia vivienda, el pasado año “se montaron en un vehículo”. Pero eso no lo hace cambiar de parecer “soy de los que digo que es mejor ser útil que ser importante”.

Disciplina, responsabilidad y eficiencia es la clave que Luis utiliza para que nunca le falte trabajo ni el pan en su mesa. Su cartera de clientes satisfechos hace que a veces no de abasto para cubrir todas las solicitudes, pero igual si usted tiene un problema en casa, llámelo, él sacará tiempo para ayudarle. Contáctelo al 809 747-2430.