Por José Arias
El Inmobiliario
Fotos: Fidel Pérez
La madera es un elemento natural que constituye la mayoría del tronco de árbol. Se compone de fibras de celulosa unidas con lignina. Una vez cortada y seca, esta se utiliza en construcción de edificios e, históricamente, en medios de transporte como barcos o carruajes, en la elaboración de muebles y otros elementos. Al usarla de combustible se la denomina leña. También se usa para fabricar pulpa o pasta, materia prima para hacer papel.
La palabra madera es una voz patrimonial proveniente del latín: materia (madera de árbol), “madera de construcción”, “materiales”, “materia”. Del mismo origen que materia, la palabra mantiene la acepción latina más restringida de “sustancia dura y fibrosa de los árboles”.
La madera ha formado parte, total o parcialmente, de las edificaciones construidas por el hombre desde el mismo neolítico; antes de que este contara con herramientas con suficiente capacidad de corte como para trabajarla, es muy probable que ya la empleara como material de construcción de sus primeros refugios.
Sus tipos se pueden subdividir en dos categorías macro: maderas blandas y duras. Entre los primeros se incluyen el cedro, el abeto y el pino, entre otros. Entre las duras destacan el cerezo, el haya, el nogal y el roble.
A lo largo de la historia de la humanidad, la madera ha sido uno de los materiales de construcción más usados por su nobleza y resistencia durante décadas y ha propiciado rentabilidad a la industria en países como Canadá, Estados Unidos, España y Colombia.
El arribo de la Revolución Industrial introdujo el hormigón y el acero como sus sustitutos en edificaciones como transportes ferroviarios, barcos y hasta aeroplanos. Sin embargo, su situación no es de segundo plano en el mundo de la construcción, sino de complemento que agrega elegancia, lucidez y distinción a las infraestructuras intervenidas.
Los primeros usos de la madera se limitaron para las tareas de caza y pesca (arpones, botes y remos) de nuestros primeros antecesores. Los fenómenos extremos de la naturaleza y el acoso de las fieras obligaron al hombre a buscar refugios seguros y sostenibles, ocupando un lugar preponderante ante esta urgente necesidad, aportando al levantamiento de espacios para combatir las inclemencias del sol, la nieve y las lluvias. Así, el elemento ocupó uno de los primeros lugares para la construcción de las primeras viviendas en el planeta.
En el Antiguo Egipto se utilizaron no solo para las edificaciones y armas para la guerra, sino para crear esculturas de sus divinidades. Igualmente los pueblos de Oriente cuya fuente de ingresos era la navegación comercial, utilizaron la madera para la construcción de barcos y otros utensilios.
Sin dejar de excluir el impacto global hasta el día de hoy de las naves La Pinta, La Niña y La Santa María, al mando de Cristóbal Colón, las cuales propiciaron el encuentro entre dos civilizaciones en 1492.
Impacto en el mercado dominicano
Ante la necesidad de preservar el medio ambiente y la sostenibilidad de los bosques dominicanos, se implementa una serie de políticas públicas en el contexto de la industria maderera sobre la base del aprovechamiento de los bosques y la cobertura boscosa.
En el mercado internacional, la pandemia rentabilizó el sector ante la demanda por nuevas viviendas y reformas de estas. En el caso de la República Dominicana, generó la necesidad de mayores incentivos para la producción local.
El sector maderero dominicano cuenta con más de 5 mil productores. Actualmente se registra una reducción de la demanda por factores climáticos y el paso de la COVID-19, además se reporta un aumento de las importaciones de la materia prima, de acuerdo a un reporte del año 2021, de la revista Mercado.
El mismo informe da cuenta que las empresas dominicanas de la madera, agrupadas en la Cámara Forestal Dominicana, reclaman a las autoridades mejores condiciones para favorecer una exportación sostenible de sus bosques sin dañar el medio ambiente. El 60% del territorio nacional cuenta con vocación forestal lo cual no está siendo aprovechada en su justa dimensión.
Registra la investigación que actualmente se calcula la existencia de más de 100 mil hectáreas de bosques plantados a nivel nacional, con los que se podría producir más de 800 mil metros cúbicos de madera por año, lo que contradice la importación de entre 180 a 200 millones de dólares en productos maderables por año.
Expone que en el año 2019, los precios de la misma cayeron a la baja a nivel mundial, debido fundamentalmente a una pírrica demanda. El efecto del cambio climático obligó al cierre de varias empresas y la reducción de su producción.
Mientras que en el año 2020, la pandemia obligó a la reclusión involuntaria lo que produjo reformas en las viviendas que hizo subiera su precio, de manera notable en los Estados Unidos, un país constructor de casas de madera por excelencia.
Madesol en el mercado dominicano
En la República Dominicana, una de las empresas con mayor pujanza es Madesol, gerenciada por Javier Darío Vargas Seija, compañía con gran incidencia en el mercado de importadores de madera preciosa hacia el mercado internacional.
Lleva más de 25 años dedicada a la comercialización de madera, sus derivados y productos complementarios (playwoods, MDF, melaminas, cerraduras, bisagras, tiradores, herrajes, herramientas, barnices, pinturas, productos terminados de madera).

Javier Darío Vargas Seija, gerente de Madesol. (Fidel Pérez/El Inmobiliario).
Su nicho de mercado se enfoca en productos de categoría superior, por lo cual realiza una cuidadosa selección a nivel mundial. “Tenemos como objetivo ayudar a nuestros clientes a hacer realidad sus proyectos ya sea en el sector de la construcción, la industria del mueble, decoración u otras áreas afines”, comenta Vargas Seija.
Madesol se mantiene en constante innovación para ofrecer una gran variedad de productos y servicios que cubra las necesidades del mercado, con un equipo preparado para brindar calidad superior.
Importa una gran diversidad de especies de maderas preciosas de todas partes del mundo como Centro América, Suramérica, Norteamérica, Europa, Asia, África y Oceanía. Y las variedades tradicionales como Roble Brasil, Jequitiba, Caoba, Cedro y otras más exóticas entre ellas Wengué, Zebrano, Nogal y Teka.
La empresa cuenta con más de 35 colores de melamina, una variedad de más de 45 chapas de madera, una ferretería equipada con más de 10,000 opciones de artículos, que la colocan en el mercado como la empresa más especializada y completa del sector maderero.
Según da cuenta el ejecutivo, la compañía importamás de 15 millones de pies tablares de más de 30 especies de madera preciosa, a través de sus cuatro sucursales localizadas en Santiago, Santo Domingo Oeste, Santo Domingo Este y Bávaro.
Dentro de un terreno comprendido en 53,000 mt², dispone de un amplio inventario que abarca las categorías de: madera preciosa, pino, tableros, ferretería, pintura y productos terminados. La empresa tiene una fuerza laboral de 300 colaboradores, incluyendo a líderes experimentados en cada área.
La industria maderera en la República Dominicana sostiene una rentabilidad de gran importancia para el sector de la construcción y el Estado como principal generador de la inversión pública.
Fuentes: www. calameo.com
Tecnología de la Madera
Revista Mercado
Publicado originalmente en El Inmobiliario impreso