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“Lo que vale la pena, cuesta trabajo y toma tiempo. Nunca olviden la pasión, es la fuerza interna que mueve al individuo a hacer cosas. Hay que amar lo que se hace, y hacerlo con amor”. Frank Rainieri.

SANTO DOMINGO.-Visión, pasión, trabajo y perseverancia han marcado el camino del empresario turístico Frank Rainieri a lo largo de los años, quien llama a la generación actual a no dejarse arrastrar por las dificultades y el pesimismo.

«Tuvimos visión, pasión y perseverancia, palabras mágicas con las que asumimos un compromiso con el país, con un proyecto que exigía mucho trabajo y pragmatismo, decididos a aportar un nuevo formato de formación profesional basado en la realidad del mercado laboral y la responsabilidad social”, expuso al hablar para los graduandos de la promoción del 50 aniversario del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec).

El fundador del Grupo Puntacana exhortó a los jóvenes a no dejarse “arrastrar por el pesimismo ni aplastar por las dificultades y obstáculos” del momento, porque no es la primera vez que nuestro país y la sociedad internacional enfrentan situaciones adversas.

Frank Rainieri. (Fuente externa).

Planteó que mirar al pasado permite ver que “los problemas y amenazas” internacionales y los “obstáculos al progreso de países como el nuestro”, no son nuevos. 

Recordó que cuando se fundó Intec, la “sociedad internacional estaba marcada por la “guerra fría” y bajo las amenazas continuas de una confrontación nuclear y el país apenas se sacudía de treinta años de dictadura y de los efectos de la ocupación de ejércitos extranjeros en 1965.

«Vivíamos un ambiente de inestabilidad política, escaso desarrollo económico, alto nivel de pobreza y débil institucionalidad. Era un ambiente poco estimulante, con poca confianza en el futuro y para invertir y desarrollar proyectos. Muchos marcados por la desesperanza emigraron», narró Rainieri.

Para apoyar su reflexión, explicó que los fundadores de Intec no se dejaron arrastrar por el pesimismo ni aplastar por las dificultades y obstáculos. Apostaron por mirar esperanzados hacia el futuro, seguros de que podríamos lograr una mejor sociedad y un mejor país.

Dijo, que entonces parecía un sueño, y hoy gracias a la decisión, al trabajo y la pasión de estos hombres, Intec es una realidad que aporta a nuestro país profesionales, que confirman el importante legado de sus fundadores y del trabajo perseverante y responsable. «Ha funcionado y ustedes son ejemplo y prueba de que ellos no se equivocaron”.

Esta universidad, siguió narrando- “ha trazado nuevos caminos en nuestra sociedad y son muchos los que, como yo, conscientes del servicio que brinda a nuestro país, nos sentimos muy orgullosos de haber sido o ser parte de su Junta de Regentes”. 

Rainieri relató que “visión, pasión, trabajo y perseverancia han marcado” su camino a lo largo de los años, y explicó que inició su vida profesional a los 21 años, como la mayoría de los que se graduaron en la ceremonia del sábado, y se quedó en el país cuando muchos se marcharon buscando otros escenarios.

Comentó al auditorio que inició participando en una empresa del sector agropecuario, pero entendió que, si bien era y es una actividad importante, no podía competir con grandes productores agrícolas como Estados Unidos, Argentina, Brasil y otros.

Explicó que tuvo la oportunidad de conocer un grupo de estadounidenses que se interesó en el país y adquirió la propiedad que se convertiría luego en la base de lo que hoy es el Grupo Puntacana. Se sumó a estos inversionistas, entró como accionista y asumió el rol de capitanear el desarrollo de la empresa que convirtió la región en el principal destino turístico del Caribe.

Para sustentar lo que significa el trabajo y la perseverancia, Rainieri recordó que pasaron “20 años antes de que el proyecto Puntacana comenzara a dar frutos, por lo que tuvo que idear otros negocios para sostener su familia. Sé lo que es el pluriempleo”, enfatizó.

“Nada llega gratis”, advirtió Rainieri a los graduandos. “Lo que vale la pena, cuesta trabajo y toma tiempo. Nunca olviden la pasión, es la fuerza interna que mueve al individuo a hacer cosas. Hay que amar lo que se hace, y hacerlo con amor”.Terminó recordándoles que “el siglo XXI está marcado por la responsabilidad social y ambiental”.