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La familia unida y Dios como centro de ella es la clave que les ha dado resultado para mantener la firmeza de un matrimonio por tres décadas consecutivas

SANTO DOMINGO.- Cuando se conocieron tenían sus respectivos noviazgos, se hicieron amigos y continuaron sus rutas. Pero la vida les tenía un asiento reservado uno al lado del otro, se reencontraron ya cada cual libres y estrecharon sus lazos de amistad, con tanta profundidad que llevan 30 años casados.

Lisette Del Monte y Fernando López están felices con la etapa que viven. Una hermosa familia que Dios y la vida le han regalado. Tres hijos, que ya entraron a la tercera generación con Amelia Marie, la dulce nieta de siete meses, hija de Joan Fernando, primogénito, y Natasha Villar.

Fernando conquistó su gran amor a puro golpe de caballero. “Me apoyaba en todo”, cuenta Lisette. Los unió además, su preferencia por las salidas a divertirse, ella observaba que él era el alma de la fiesta, jamás soltó al que hoy califica como “un excelente compañero”.

Se profesan admiración mutua. “Admiro de él como cuida y ama a sus hijos, es un padre excelente, capaz de dejar lo que sea por ellos, por su familia, por nosotros, hace lo imposible para complacernos incluso aunque vaya en contra de sus deseos”.

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“Admiro de Lisette su tenacidad en el trabajo, el amor por nuestra familia y como logra perseverar ante cualquier situación”.

Su estrecha relación permite que su cartelera de actividades conjuntas sea extensa, desde trabajar juntos en Inifnitygroup, salir con sus mejores amigos a compartir, sus encuentros con sus hijos, ver series, programas de televisión y viajar juntos todo el tiempo.

La familia unida y Dios como centro de ella es la clave que les ha dado resultado para mantener la firmeza de una unión por tres décadas consecutivas. De sus buenos recuerdos eligieron su primer crucero juntos, la boda de sus dos hijos mayores y el nacimiento de su nieta.

La noche es el momento en que se ponen al día con los temas y hablan de todo, pues las ocupaciones y responsabilidades del día ocupan sus agendas. El romanticismo de Fernando aún se mantiene vivo, es el hombre que canta, toca guitarra y “lo hace fenomenal”, dice Lisette.

Preparar su menú favorito es el detalle que más disfruta Lisette. “Es amante de los sandwiches con batidas, le encantan los mariscos y es un buen comensal, ama una buena carne al BBQ, una hamburguesa y los jugos naturales”.

De sus tres retoños solo Chantalle Marie la pequeña de doce años reside con ellos, también Stephany Lissette, formó su hogar junto a su esposo Eddy Pimentel. Encontrarse con sus tres hijos y sus familias es actualmente lo que más disfruta en la presente etapa la feliz pareja. “Vivimos inventando actividades en familia con nuestros hijos”, dicen. 

Si volvieran a nacer, están seguros ambos de que volverían a casarse y regocijarse junto a la hermosa familia que disfrutan y repetirían el sí y su palabra mágica “Mi amor”, que es como se dicen permanentemente.