Últimas noticias
Skip to main content

SANTO DOMINGO.- La Oficina de Evaluación Sísmica y Vulnerabilidad de Infraestructura y Edificaciones (Onesvie) y el Colegio de Ingenieros Arquitectos y Agrimensores (CODIA) recomendaron la demolición de las edificaciones que resultaron afectadas por el incendio ocurrido en San Cristóbal, el pasado 14 del presente mes de agosto.

Tras evaluar 83 estructuras en una extensión de seis cuadras próximas al epicentro donde ocurrieron los hechos, Onesvie aconsejó demoler tres edificaciones comerciales: Tienda Toledo, Agro Veterinaria La Esperanza y el edificio verde donde funcionaba una Oficina de Gestión del Banco de Reservas, todas localizadas en la calle Padre Ayala.

Mientras Cristian Rojas, expresidente del CODIA, considera que los edificios que fueron sometidos a grandes temperaturas por el fuego, deben ser demolidos y a algunos hacerles un estudio de vulnerabilidad y ver el porcentaje de daños que tienen otros.

“Evaluar si la inversión en la recuperación es mayor que la construcción de una nueva edificación”, sostuvo Rojas.

Propuestas de demolición

En el caso de la tienda Toledo, Onesvie señala que  la edificación se encuentra en un estado muy vulnerable para permanecer en pie durante su vida útil. “Esta conclusión se emite debido al prolongado período en el que estuvo expuesta a altas temperaturas, llegando a aproximadamente 700 °C durante más de 20 horas. Recomendamos que esta edificación sea demolida”.

Acerca de Agro Veterinaria La Esperanza, Onesvie explica que en el «momento de la visita, esta edificación, ya se encontraba en un estado de colapso parcial y en una condición bastante inestable, ya que los restos estaban apoyados en un muro de mampostería totalmente agrietado. La edificación se clasifica de uso restringido y recomendándole su demolición al verse como irrecuperable”.

Sobre el edificio verde de la Padre Ayala con Francisco J. Peynado, el informe plantea que no recomienda seguir usando esta edificación con fines de habitaciones. “La edificación es clasificada como de uso restringido”.

Agrega la entidad que durante el levantamiento para su reporte, pudo evidenciar de manera clara que los mayores indicios de daños, tanto de elementos estructurales, como no estructurales, se concentraron en un área específica compuesta por seis cuadradas, entre las calles Jesús de Galíndez, General Cabral, Palo Hincado y avenida Constitución.

Sostiene Onesvie, en su informe, que «los ingenieros del equipo de evaluación encontraron que las calles que delimitan el polígono están marcadas por signos de daños no estructurales, lo que respalda la decisión de no realizar evaluaciones más allá de este polígono, entendiendo que esta sería la zona de mayor afectación».

De las 83 estructuras evaluadas por la Onesvie el 6%  de  las viviendas recibieron daños estructurales, es decir 5 de las 83, el 27% de las edificaciones de viviendas no tienen daños estructurales, equivalentes a 22 de 83 evaluadas,  el 67% de las edificaciones no sufrieron daños en sus estructuras, es decir 56  de 83.

De esas el 88% se clasificaron como habitables, es decir 73 edificaciones de 83, el 06% clasificadas como de uso limitado, equivalente a 5 de 83 y el otro 6% como de uso restringido, es decir 5 edificios de 83.

El equipo evaluador estuvo integrado por los ingenieros José Cordero, Marcos Paniagua, Remy Luciano, Claudia Duveaux y Ury Rodríguez. También por los técnicos Henry Beltrán, Raúl Sosa y Héctor Cedeño. Fue revisado el informe por Leonardo Reyes Madera, director general de la Onesvie, así como por Pedro Iván Márquez y José Cordero.