Por Raquel Salas
Especial para El Inmobiliario
La reciente tragedia que ha enlutado nuestro país ha dejado una huella profunda en cada rincón de nuestra sociedad. En estos días de dolor compartido, quiero dirigirme a ustedes no como agentes o actores del sector de bienes raíces, sino desde un lugar más humano, desde mi humanidad a su humanidad. Hoy, más que nunca, es crucial que reconozcamos el duelo vicario que estamos experimentando.
Los psicólogos explican que el duelo vicario, o duelo secundario, se refiere al sufrimiento emocional que sentimos al observar el dolor de otros. Es un proceso que nos afecta a todos, ya que, de una forma u otra, todos hemos sido tocados por esta tragedia. Ya sea a través de la pérdida de seres queridos, la angustia de amigos y familiares, o simplemente al ver el sufrimiento en las noticias, este duelo nos une en una experiencia colectiva de tristeza y vulnerabilidad.
Estos días han sido dolorosos. La tristeza, la baja energía y el enfoque nublado son sentimientos que muchos de nosotros hemos experimentado. En este contexto, quiero compartirles unas palabras que vi publicadas en una de las historias de Instagram de la destacada psicóloga Haydeé Domínguez.
Cito textualmente:
“Trátate bien.
En el duelo colectivo que tenemos, seamos misericordiosos con nosotros mismos.
Aceptemos la tristeza, la baja energía y el enfoque nublado, las ganas de llorar y el desgano. Aceptemos que la humanidad y la empatía están en un punto más alto y vulnerable de lo normal.
Sin atajos, siente, vívelo, respeta el duelo del otro y proyectemos sanidad en el tiempo oportuno.
Vamos a estar bien. Créelo.”
Esta exhortación nos invita a ser amables con nuestras emociones y a permitirnos sentir el dolor que nos rodea.
Aceptar la tristeza y el desgano no es un signo de debilidad, sino un acto de valentía. Es un reconocimiento de nuestra humanidad y de la empatía que nos conecta. En momentos como este, es normal tener ganas de llorar, sentir que la energía se nos escapa y que el mundo se ve nublado. Aceptar estos sentimientos es el primer paso hacia la sanación. No debemos apresurarnos a “superar” el duelo; en cambio, debemos permitirnos vivirlo plenamente.

La invitación de Haydeé a “siente, vívelo, respeta el duelo del otro” es un recordatorio poderoso de que cada uno de nosotros está en un proceso único. No hay un camino correcto o incorrecto para atravesar el duelo. Cada lágrima, cada momento de silencio, cada recuerdo compartido es parte de un proceso que merece ser honrado. Al respetar nuestro propio duelo, también aprendemos a respetar el duelo de los demás, creando un espacio de sanidad y comprensión mutua.
Es importante recordar que, aunque el dolor puede parecer abrumador, hay esperanza. “Vamos a estar bien. Créelo.” Estas palabras son un faro en medio de la tormenta. La sanación no es un destino, sino un viaje que emprendemos juntos. Al darnos permiso para sentir, también nos abrimos a la posibilidad de sanar. La comunidad que se forma en torno al duelo compartido puede ser una fuente de fortaleza y apoyo.
En conclusión, en este momento de crisis, invito a todos los afectados, ya sea de manera directa o indirecta, a darse el permiso de vivir sus procesos de duelo. No estamos solos en este camino; juntos, podemos encontrar la luz en medio de tanta oscuridad. Al honrar nuestras emociones y las de quienes nos rodean, cultivamos un espacio de sanidad y esperanza que nos permitirá reconstruirnos y avanzar.
La autora es relacionista pública de los desarrollos Mystiq, CEO y fundadora de Reenfoque Positivo y Equilibrio Inmobiliario, directora del Grupo de Medios RP, coach integrativa para el desarrollo personal y conferencista motivacional certificada por John Maxwell Leadership. Además, es directora del programa formativo para agentes inmobiliarios «Time To Grow» y autora de los libros «Antes de Decir que Sí» y «Tiempo para Mí».