Seguir entregando referidos por doquier es relajar una la profesión de asesor inmobiliario y es algo que debe ser evitado a toda costa.
Por Massiel Martínez Marte
Especial para El Inmobiliario
Definitivamente hay figuras que no deben desaparecer cuando del desarrollo del negocio inmobiliario se trata y una de ellas es el “referido”, una figura que siempre ha existido y que muchas veces es la que crea una alianza entre comprador y vendedor o viceversa.
Fruto de ello es que el mismo Código de Ética de la AEI haga referencia a este. Lo que si creo es que dicha figura -además de todas las que aparecen en el transcurso de una negociación- debe de ser regulada y delimitada en funciones y comisiones.
Siento que la ley ha sido permisiva en cuanto a la comisión se trata y esto debe de cambiar y establecer a la persona a la cual le corresponde pagar dicha comisión que definitivamente debe ser a la persona que se le refiere. No se le puede obligar a uno de los actores del proceso, a asumir responsabilidades que no le han sido conferidas o entregadas ni hay razón para que la negociación con este referido no sea transparente.
Parte de la finalidad de la creación de leyes especiales como lo es la que regulará los servicios inmobiliarios, no es más que la de establecer normas y reglas que regulen la actuación de las personas que participan en la actividad de la que se trata y esta no puede ni debe ser la excepción.
Para que esta Ley sea coherente y aplicable a la realidad, el referido debe ser una figura que definitivamente debe de formar parte de la misma.
Al igual que como expresaron Bienvenido Paulino y Reyna Echenique, no todo el mundo podrá ser considerado como referidor y es allí donde se encuentra la importancia de la Ley y de la determinación de su proceder pues, a mi juicio, el referidos debería de contar con ciertas cualidades para poder obtener una gratificación de su trabajo. De lo contrario, cualquiera podría entender que es un referido y eso ya sería muy delicado.
Seguir entregando referidos por doquier es relajar una la profesión de asesor inmobiliario y es algo que debe ser evitado a toda costa. Este es un proyecto de Ley que ha costado años lograr, lo ideal sería que el mismo vaya lo más acorde a la realidad posible y sea lo más claro posible para su aplicación.
La autora es Abogada y CEO de DomusRD.

