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SANTO DOMINGO.- Ella  tenía una vida normal como mujer ama de casa que se ocupa de los quehaceres del hogar, mientras su esposo trabaja para proveer el sustento de ella y sus dos pequeñas hijas.

Pero la vida le tendió una desafortunada jugada que la obligó a salir de su “zona de confort” y emprender un vuelo inesperado, frente al abandono de su esposo, que de manera “sorpresiva”, decidió cambiar su amor por una “visa estadounidense”, dejándola en absoluto desamparo con dos menores.

Pero como toda guerrera invencible Crisanta Morel sacó sus armas de reserva, vistió su  armadura y salió a las calles  en busca de su sobrevivencia, lleva 17 años en su batalla doméstica, oficio con el que ha logrado sacar adelante su hogar como madre soltera, rompiendo vientos y tempestades y a quien rendimos tributo en ocasión de conmemorarse este mes el “Día Internacional de la Mujer”.

Esta noble mujer sale cada mañana a las 6:00 A.M. desde el lejano sector de Los Guaricanos, en Santo Domingo Este; hasta el Distrito Nacional, donde labora en varias viviendas durante la semana; regresando en ocasiones a su casa en horas de la noche, pues solo el tránsito le toma hasta dos horas de camino.

Temerosa ante el desamparo optó por la modalidad de trabajar en diferentes casas, una opción que según dice escogió porque es una garantía de que no quedará desempleada totalmente. En la actualidad labora en cuatro casas, que distribuye en su semana, exceptuando los martes que prefiere dejar libre para sus citas médicas y diligencias de otros picoteos que tiene.

Los fines de semana los dedica a la venta de diversas mercancías, según la temporada: desde aceite de coco natural, yogurt, embutidos, ropa interior, cremas, cosméticos, incluso experimentó con un colmado, pero la fata de tiempo para dedicarle al mismo, la llevó a cerrar sus puertas.

Honesta a carta cabal, solidaria ilimitada, esta fajadora, cosecha hoy día las consecuencias del excesivo ejercicio físico ininterrumpida de casi dos décadas y sus achaques se manifiestan en desviación de columna y otras secuelas dejadas por los afanes del oficio doméstico.

Para nada esta cotuisana detiene su carrera y cada día renueva sus fuerzas para seguir adelante. “Imagínate el médico me mandó a no hacer fuerza, a no barrer ni trapear, pero de esto vivo y no lo puedo dejar”, expone la madre de Yamilet y Yelisa, quienes ya le entregaron una nueva generación de tres nietos.

En cada una de las casas donde trabaja el elemento común es que lleva más de diez años, lo que evidencia su estabilidad y la satisfacción de las familias. “La gente donde es como si fueran mi propia familia, me tratan como tal, con absoluta confianza, mucha consideración y excelente trato”, sostiene.

Y cuando le preguntamos las razones de su poca rotación, lo atribuye a que su desempeño lo ejerce “con responsabilidad, alto compromiso, puntualidad y una cosa es que nunca falto, de no ser muy necesario. Donde trabajo siempre pueden contar conmigo y si me necesitan para cualquier cosa, siempre estoy disponible para ayudar”.

Si de honestidad se trata Crisanta Morel es un claro referente, luchadora sin fronteras y un especial ser humano en el que usted puede confiar sin temor a engaños. Si tienes un picoteo de limpieza ella pondrá su casa reluciente y le venderá un aceite de coco puro y natural y varios artículos de consumo frecuente. Le dejamos su contacto, porque si usted la necesita ella sacará su espacio y le ayudará. 809-912-5830