SANTO DOMINGO.-En el diccionario de la construcción, lindero es una palabra de uso frecuente. Se trata de una línea divisoria que marca los límites entre dos propiedades contiguas, delimitando la extensión de un terreno. Este concepto presenta gran relevancia en el ámbito inmobiliario, ya que ayuda a evitar disputas, estableciendo la identidad de una propiedad y garantizando que se respeten los derechos de los propietarios.
Los linderos pueden ser naturales (ríos, montañas) o artificiales (muros, cercas), y en muchos casos son definidos por documentos legales y topográficos. La correcta identificación de estas marcas divisorias es crucial para evitar problemas legales y realizar construcciones de manera adecuada.
Para determinar los linderos de un terreno, se realiza un proceso de medición topográfica. Este proceso lo lleva a cabo usualmente un topógrafo, que utiliza herramientas como el Sistema de Posicionamiento Global (GPS, del inglés Global Positioning System) para medir la extensión del terreno y establecer puntos de referencia, normalmente mediante estacas o marcadores físicos, lo que da validez legal. En algunos casos es necesario registrarlos en el catastro local o en documentos notariales.
Aunque los linderos son fundamentales para establecer los límites de una propiedad, a veces existen discrepancias entre los planos oficiales y la realidad física. Si esto ocurre, es necesario recurrir a la justicia para resolver cualquier conflicto entre los propietarios afectados.
En el ámbito de la construcción, es crucial conocerlos para evitar invadir propiedades vecinas, lo que podría generar conflictos y demandas. El lindero, aunque no siempre es una estructura física como una cerca, sí es un concepto legalmente respaldado que define el terreno y sus fronteras.
La determinación precisa de los límites de un terreno debe ser realizada por un profesional capacitado para evitar errores y asegurar que los márgenes divisorios sean claros y legales.
Es recomendable revisar con frecuencia los linderos de un terreno para mantener una buena convivencia con los vecinos y evitar conflictos o inconvenientes de índole legal. Se trata de elementos fundamentales para la delimitación de terrenos, protección de derechos y el adecuado desarrollo de la propiedad. Su conocimiento y respeto son esenciales para asegurar la legalidad de las propiedades.
Fuente: notarialnet.com
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Publicado originalmente en la 10ma edición de El Inmobiliario impreso.



