Por primera vez, República Dominicana acogerá la máxima cita del turismo mundial, reforzando su imagen como destino competitivo, innovador y responsable.
SANTO DOMINGO. – República Dominicana tiene una oportunidad de oro tras ser elegida como sede, por primera vez, de la Asamblea General de ONU Turismo en 2027, marcando un hito histórico que afianza al país como un referente mundial del turismo y su posicionamiento como destino de encuentros internacionales.
La ocasión elevará la visibilidad internacional, consolidará la proyección en el turismo MICE, impulsará un impacto económico de alto valor, promoverá mejoras en infraestructura y servicios, reforzará el compromiso con la sostenibilidad y planteará nuevos desafíos de coordinación y planificación.
Este acontecimiento histórico abre un nuevo capítulo para el país, que deberá prepararse para asumir el reto con visión integral y aprovechar una oportunidad única para lucirse ante los principales líderes, ministros y representantes del sector turístico global.
La celebración de este cónclave, por primera vez, permitirá además que el país se posicione como un destino integral, capaz de combinar hospitalidad, modernidad y responsabilidad ambiental, fortaleciendo su liderazgo turístico en el Caribe y su reputación en los escenarios globales.
Esta designación de República Dominicana como sede de la Asamblea General de ONU Turismo en 2027 no solo representa un reconocimiento internacional como destino MICE, innovador, sostenible y globalmente competitivo, sino también una oportunidad estratégica, con múltiples dimensiones.
Desde la proyección global hasta la sostenibilidad, pasando por la economía, la infraestructura y el turismo MICE, la reunión plantea seis grandes ejes de impacto que definirán su alcance y legado:
- Alta visibilidad internacional
Ser anfitrión de la Asamblea General de ONU Turismo coloca a la República Dominicana en el epicentro del turismo mundial, ya que aquí se reunirán delegaciones de más de 150 países, junto a organismos internacionales, empresarios y medios especializados.
Una exposición que fortalecerá la reputación del país no solo como destino de sol y playa, sino también como un centro confiable y moderno para reuniones globales.
- Impulso al turismo MICE
La designación refuerza la estrategia nacional de diversificación hacia el segmento MICE (Meetings, Incentives, Conferences, Exhibitions), con la oportunidad de reafirmar su capacidad para acoger congresos, ferias y convenciones internacionales, con impacto directo en sectores hoteleros, de transporte y servicios especializados.
Este paso ratifica el potencial de Santo Domingo, Punta Cana y otras regiones como polos competitivos en el Caribe para el turismo de negocios.
- Flujo de gasto elevado
El evento generará un flujo importante de visitantes internacionales, con un perfil de gasto elevado. Los beneficios se reflejarán en ocupación hotelera, consumo local, transporte, gastronomía, logística y empleo temporal especializado.
A largo plazo, el éxito de la organización fortalecerá la confianza de promotores y agencias internacionales para elegir al país como sede de futuros congresos y encuentros empresariales.
- Mejoras en infraestructura y servicios
Para cumplir con los estándares internacionales exigidos por la OMT, República Dominicana deberá elevar su infraestructura turística y logística: centros de convenciones, conectividad aérea, accesibilidad, sostenibilidad y servicios tecnológicos.
Estas mejoras quedarán como legado estructural que beneficiará tanto al turismo de eventos como al de ocio.
- Compromiso con la sostenibilidad
ONU Turismo impulsa un modelo de crecimiento responsable y sostenible, por lo que la sede dominicana asumirá la oportunidad de mostrar avances en gestión ambiental, inclusión social y digitalización del sector.
El país podrá proyectar políticas turísticas alineadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), reforzando su imagen como destino comprometido con la sostenibilidad.
- Desafíos y oportunidades futuras
El reto será mantener una coordinación interinstitucional efectiva entre el sector público y privado para garantizar el éxito organizativo y el aprovechamiento de las inversiones.
También será esencial equilibrar la promoción internacional con la protección de los recursos naturales y culturales que sustentan la identidad turística del país.
