Por Gissel Taveras
El Inmobiliario
SANTO DOMINGO.-Samuel Francisco Vélez estuvo 30 años laborando en un centro educativo como administrador antes de darse cuenta que lo suyo era la ferretería y el sector construcción.
Admite, sin embargo, que su trabajo en el colegio le hizo ganar la experiencia que necesitaba para lo que más tarde sería el inicio del negocio de su vida: una ferretería.
Al ser entrevistado por El Inmobiliario, nos habla de su vida como ferretero con la observación de que no podrá dedicar mucho tiempo ya que siempre está muy ocupado en sus faenas diarias.
Su negocio Ferretería y Madera SV Super, está ubicada en el sector Los Palmares, Sabana Perdida, Santo Domingo Norte.

Samuel Francisco Vélez. (Gissel Taveras/El Inmobiliario).
Desde allí ofrece todo tipo de materiales para construcción, desde arena, grava, maderas, cemento, materiales de plomería, eléctricos, varillas y accesorios relacionados, en fin todo lo se necesita para construir un inmueble.
“Yo duré 30 años laborando en un colegio, aprendí el negocio de la construcción ya que el centro se amplió y como administrador me encargaba del proceso”, explica.
Vélez es un emprendedor respetado en el sector donde tiene ubicado su negocio, y donde lleva viviendo más de 30 años. San Francisco de Macorís, le vio nacer, ciudad que visita cada vez que puede.
Aclara que la responsabilidad de estar al frente de su propio proyecto no es fácil ya que consume mucho tiempo de su vida.
“Son los sacrificios que hay que hacer para tener algo”, dice a través del mostrador, mientras responde y factura uno que otro pedido.
Samuel, tiene 2 empleados que facturan, pero como líder siempre está presente y pendiente de todo. Además, su esposa le ayuda en la caja registradora.
Al ser cuestionado de cómo le interesó el sector, explica: “El colegio, donde laboré tiene tres mil metros y tiene tres edificios, tiene solamente de un lado 27 aulas, ocupa dos cuadras, en el tiempo que duré laborando, me encargaba de la construcción, así como del mantenimiento del colegio y aprendí todo lo referente”, manifiesta.
Así fue como pensó que en vez de poner un negocio de comida mejor una ferretería, sector que conoce bastante y con el cual está muy relacionado.
Vélez dice que la disciplina y la responsabilidad son la clave para el éxito en lo que se emprende. Pero también la rectitud, carácter que se le nota al ver su semblanza.
Además, como en cualquier negocio lo más importante son los clientes, y esto lo tiene claro el microempresario, quien dice que tiene de todo tipo, pero que el respeto es la base de todo.
“Los clientes aquí son buenos, malos, regulares, pero nos caracterizamos por llevar los pedidos rápido y aquí hay cuatro camiones de carga y dos palas».
“Aquí tenemos un método que cuando el chofer está fuera, llevando un pedido, nosotros vamos cargando otro”, afirma.
¿Cuáles son sus planes a futuro, le gustaría extenderse?
¿Extenderme? pregunta Vélez entre risas, mientras asegura que no, que ahora lo único que espera es mantener su ferretería.
“Pero si manejar una te da trabajo imagínate que yo ponga otra, es difícil, además hay una depresión económica muy grande”, explica.
Asegura que los materiales de construcción están muy caros, cada día se pone peor, y que cuando se vende en un sector popular, la gente se queja siempre con los ferreteros.
“Hay una depresión económica, lo que yo vendo ahora en el día antes lo compraba un solo cliente”, señala. Para comprar los materiales que vende a sus clientes, se suple de diferentes fuentes.
“Hay vendedores de diferentes casas, que nos visitan y nos hacen sus propuestas de materiales de construcción. Vienen aquí mismo ofertando”, revela mientras dice que ya casi no le queda más tiempo para continuar con la entrevista.
Al indagar un poco más sobre la vida personal del señor Vélez, dice que es una persona de pocas palabras, así que solo se sabe que es un hombre de familia, casado y con hijos.