Por Paola Solis
El Inmobiliario
SANTO DOMINGO. – El modelo de alquileres de renta corta ha incentivado a muchos propietarios a invertir, regularizar y acceder a financiamiento, beneficiando también al sistema financiero nacional. La presidenta de la Asociación Dominicana de Rentas Cortas, Yajaira Sosa, considera que se trata de un fenómeno íntimamente vinculado a la vida cotidiana, que bien gestionado, puede consolidarse como una vía legítima para el desarrollo integral, la regeneración comunitaria y la sostenibilidad.
Sostiene que lejos de ser una simple alternativa de hospedaje, este modelo que se ha populartizado en el mundo, representa una oportunidad concreta de desarrollo económico para la República Dominicana, expuso la empresaria en una entrevista con el El Inmobiliario, en la que defendió el papel transformador de este sector en el país.
“El sector de rentas cortas continúa en expansión en la República Dominicana, respondiendo a necesidades concretas que muchas veces quedan invisibilizadas en los espacios de decisión y en la narrativa pública dominante”, aseguró.
Más allá de su impacto económico, destacó que este modelo ha contribuido a “recuperar espacios abandonados, fortalecer la seguridad comunitaria y promover una ocupación responsable”.
Sosa destacó en que las rentas cortas canalizan ingresos directamente hacia personas comunes, dinamizando el tejido económico local y permitiendo a muchos propietarios acceder al sistema financiero formal. “Este fenómeno, bien gestionado, puede consolidarse como una vía legítima para el desarrollo integral, la regeneración comunitaria y la sostenibilidad”, puntualizó.
Regular adecuadamente
En ese sentido, habló acerca de la importancia de una regulación adecuada. «Regular es necesario, pero no de cualquier forma. Debe hacerse con conocimiento del sector y escuchando a quienes lo viven desde adentro. Una regulación bien diseñada no solo ordena, protege a las comunidades, fomenta la formalización y respalda a los anfitriones responsables. Imponer normas sin participación del gremio solo alimenta la informalidad».
Enfatizó que con el respaldo y la voluntad del Estado, se está a tiempo de construir un modelo ejemplar, equilibrado y sostenible. «Uno del que el país pueda sentirse orgulloso, y que incluso sirva de referencia para otras naciones que enfrentan los mismos desafíos».
Señaló que debe tratarse de una regulación efectiva con el sector, no sobre él. «Se necesita un marco claro, proporcional y aplicable, que evite mercados paralelos, brinde confianza a quienes ya están invirtiendo y proteja a las comunidades. Una norma alineada con la realidad dominicana, que brinde seguridad tanto a los anfitriones como a los visitantes, que promueva buenas prácticas y preserve la inclusión de quienes sostienen esta industria desde lo local».
Una advertencia para el país
Consultada sobre la posibilidad de que en el país se repitan medidas como las adoptadas recientemente en España donde el gobierno exigió a Airbnb retirar decenas de miles de anuncios ilegales, Sosa advirtió que “sí, especialmente si las decisiones regulatorias se toman sin considerar la realidad del sector ni incluir en el diálogo a quienes lo representan legítimamente”.
En contraste con Europa, señaló que en República Dominicana el modelo de rentas cortas ha impulsado proyectos habitacionales específicos, dinamizando la construcción, atrayendo inversión extranjera y generando empleo. Por ello, llamó a construir una regulación “clara, proporcional y aplicable”, que promueva buenas prácticas y preserve la inclusión desde lo local.
Sosa aseguró que el sector no está saturado, pero sí necesita orden: “Todavía hay espacio para crecer, especialmente en zonas emergentes donde la oferta es limitada. Pero ese crecimiento debe ser sostenible, y eso implica respetar la cultura local, los valores comunitarios y la identidad de cada territorio”.
La presidenta de ADORECO fue enfática al señalar que “si no se reconoce lo que las comunidades ya son —su historia, su forma de habitar y de convivir, cualquier desarrollo será superficial”.