Danielis Fermín
El Inmobiliario
SANTO DOMINGO.-El plástico se ha convertido en un material esencial en la vida moderna. Su uso no solo es industrial, sino que también forma parte del día a día de las personas. Esto queda evidenciado en las más de 430 millones de toneladas de residuos que se producen anualmente en el mundo, según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). La falta de una gestión adecuada para su recolección y reutilización representa una amenaza para los ecosistemas marinos y para la salud humana.
De acuerdo con el Mapa de ruta para los residuos de envases y embalajes de plástico en la República Dominicana, elaborado por la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD) y el BID LAB, en el país se generan aproximadamente 300,000 toneladas de plástico al año.
Como una solución para reutilizar estos desechos y evitar que lleguen a ríos, playas y mares, el ingeniero agrónomo Fermín Capobianco introdujo hace más de 15 años la producción de madera plástica en el país.
Este material se fabrica a partir de plásticos reciclados, específicamente polietilenos y polipropilenos de alta y baja densidad. Además, sus láminas pueden emplearse en la construcción de viviendas, sillas, mesas y cualquier otro producto que tradicionalmente se elabora con madera convencional.
Un ejemplo destacado de su aplicación es Nature Village, una comunidad sostenible ubicada en el municipio Sabana Yegua Viejo, en la provincia de Azua. En este proyecto, el 70% de los materiales utilizados para la construcción de las casas provienen de plásticos reciclados y polialuminio (extraído de envases tipo Tetra Pak), combinados con cemento y acero.
Fermin Capobianco. (FUENTE EXTERNA).
Las viviendas edificadas con estos insumos han sido impulsadas en gran parte por organizaciones no gubernamentales comprometidas con la sostenibilidad. “Las ONG han sido fundamentales. Fueron las primeras en confiar en este material y han construido hogares para comunidades vulnerables. Eso nos ha permitido demostrar que se trata de una opción viable y segura”, explica Capobianco.
A pesar de sus beneficios, introducir la madera plástica en el mercado dominicano no ha sido sencillo. “El desafío radica en que muchas personas asumen que, al ser reciclado, debe ser más económico. Sin embargo, el proceso de fabricación es complejo. Hay que recolectar, transportar, clasificar, triturar y transformar el plástico. Cada una de estas etapas conlleva costos”, detalla el experto.
El propósito de este proyecto no era modificar la arquitectura tradicional de las viviendas rurales, sino sustituir los materiales convencionales por opciones recicladas. “Logramos que hasta un 70% de cada casa estuviera compuesta por elementos reutilizados. El plástico que empleamos es 100% reciclado, sin generar residuos”, destaca el fundador de Capobianco Soluciones Ecológicas.
Ventajas
Modelo de casa construida con madera plástica en Nature Village. (FUENTE EXTERNA).
Uno de los principales beneficios de este material es su durabilidad. “Puede superar los cien años sin deteriorarse. Es resistente a la humedad, los hongos, los insectos y las condiciones climáticas extremas. Incluso después de un siglo, puede reciclarse nuevamente y emplearse en otras aplicaciones”, subraya Capobianco.
Además, su resistencia a la humedad y a la radiación solar lo convierte en una opción para construcciones en zonas costeras y boscosas. “El único factor que degrada el plástico es el sol, pero al fabricar las tablas con un grosor de una pulgada, garantizamos que la capa exterior se desgaste lentamente, permitiendo que la estructura perdure por generaciones”.
Otro producto innovador desarrollado por la empresa son las láminas acanaladas en polialuminio recuperado y reciclado para techos, que ofrecen una ventaja adicional: reducen la temperatura interna de las viviendas entre 7 y 10 grados en comparación con las cubiertas de zinc.
“Para una familia que vive en una zona sin acceso a electricidad, esto supone un cambio radical en su calidad de vida. No es lo mismo estar en una casa de zinc a 40 grados que en una vivienda con tejas recicladas que mantienen un ambiente más fresco”, señala.
La madera plástica se trabaja de la misma manera que la convencional, lo que facilita su adopción por parte de carpinteros y constructores. “No queríamos cambiar el método de construcción. Se utilizan los mismos equipos, clavos y herramientas. La idea es que cualquier carpintero pueda emplearlo sin necesidad de formación adicional”, enfatiza Capobianco.
Las viviendas construidas con este sistema incorporan tres elementos clave en su estructura: revestimiento, divisiones internas y techo, todos elaborados con plásticos reciclados. En las edificaciones, la estructura principal, incluyendo columnas y soportes, se mantiene con los métodos tradicionales, al igual que los pisos.
Desde la fábrica, los materiales salen listos para su instalación, optimizando tiempo y recursos en cada proyecto. Este modelo representa una solución innovadora para el sector de la construcción, fusionando tecnología, sostenibilidad y facilidad de aplicación, con el potencial de generar un impacto positivo tanto en el medioambiente como en la economía de las comunidades.
Publicado originalmente en la 10ma edición de El Inmobiliario impreso.
Fotos: Fuente externa.
