Por Joan Feliz
Especial para El Inmobiliario
La reciente tragedia ocurrida en las inmediaciones del reconocido centro nocturno Jet Set, en Santo Domingo, ha estremecido a todo el país. Más allá del dolor humano, que compartimos profundamente, este hecho debe llamarnos a la reflexión sobre un aspecto técnico de suma importancia: el uso correcto de las edificaciones conforme a su diseño original.
En conversación con el arquitecto Gerardo Feliz —profesional con más de 30 años de experiencia en la construcción de viviendas residenciales, comerciales y turísticas—, me compartía una verdad que en la práctica muchas veces se pasa por alto: “Cada edificio está concebido para cumplir una función específica. Su estructura, materiales, distribución de cargas, ventilación, accesos y salidas están pensados desde el principio en base a ese uso. Cambiarlo sin el soporte técnico adecuado es sumamente riesgoso”.
Uno de los elementos más críticos del diseño estructural son las cargas que debe soportar un edificio. Estas se dividen en cargas muertas (el peso propio de la estructura: columnas, techos, paredes), cargas vivas o cargas móviles (personas, mobiliario, equipos, movimiento dentro del espacio), y condiciones especiales como vibración o impacto. Cada tipo de edificación se calcula en función de estos factores. Un cine, por ejemplo, tiene flujos controlados y zonas de carga distribuidas en asientos; una discoteca, en cambio, implica concentración masiva, movimiento constante, equipos de sonido, y vibraciones intensas.
El caso de Jet Set lo ilustra perfectamente: fue construido originalmente como un cine. En concreto, se trataba del Cine El Portal, inaugurado en el año 1970. Sin embargo, por más de 30 años funcionó como una discoteca. Aunque muchos podrían ver esto como una simple “adaptación”, en realidad se trata de un cambio de uso estructural significativo, con implicaciones técnicas que exigen un rediseño o readecuación bajo criterio profesional. No hacerlo puede acortar la vida útil del edificio y convertirlo en una trampa silenciosa.
Además, en muchos de estos casos se evade o se omite la supervisión de los organismos responsables de controlar, regular, supervisar y mantener la seguridad estructural de las edificaciones. Entiéndase: el Ministerio de Obras Públicas, el Ministerio de la Vivienda, los ayuntamientos, el Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (CODIA), el Cuerpo de Bomberos y la Defensa Civil. Todos ellos tienen un rol crucial en asegurar que cualquier cambio de uso cumpla con las normas establecidas.
No se trata de alarmismo, sino de una invitación a asumir la planificación urbana y el respeto al diseño arquitectónico. Las ciudades modernas exigen flexibilidad, sí, pero también criterio y responsabilidad técnica.
En un entorno urbano que sigue creciendo y transformándose, es esencial que como ciudadanos, inversionistas y profesionales del sector construcción mantengamos un enfoque preventivo, donde cada cambio de uso esté debidamente evaluado por especialistas. No basta con que una idea funcione comercialmente; debe también ser viable desde el punto de vista estructural y legal.
La tragedia de Jet Set debe inspirar una conversación nacional sobre cómo construimos, cómo transformamos y cómo cuidamos nuestras edificaciones. Es responsabilidad de todos preservar la seguridad y la vida útil de los espacios que habitamos.
El autor es MBA, especialista en marketing digital, gerente de operaciones de constructora Incaribe, con más de 10 años de experiencia en el sector construccion y turismo.
