Cada año llegan nuevas «tendencias» en arquitectura residencial: materiales, estilos, tecnologías, paletas. Y cada año veo cómo muchos proyectos se llenan de ideas que no responden a nada más que a una estética importada o a una moda pasajera.
Porque entre lo nuevo, lo elegante y lo funcional hay una diferencia que pocos se detienen a pensar. Y en arquitectura, no pensar es caro.
Según Architectural Digest, 2025 trae una vuelta hacia lo esencial: espacios con propósito, distribución que respeta los ritmos de vida, materiales honestos, luz como protagonista.
Ya no basta con acabados de alto costo. El lujo hoy no grita, respira.
También lo confirma Robb Report: las residencias más deseadas no son las más grandes, sino las más coherentes. Aquellas donde todo tiene un porqué. Donde el diseño no solo se ve bien, se vive bien.
¿Qué se va quedando atrás?
– Los espacios sobredecorados.
– Las fachadas sin intención.
– Las cocinas enormes que no son cómodas.
– El mármol puesto porque sí.
– El «todo blanco» sin identidad.
Y lo que viene con fuerza es una mentalidad: diseñar para quien realmente va a habitar el espacio.No para la foto. No para el brochure. Para el que se va a levantar ahí todos los días.
Lo he visto demasiadas veces: Clientes que se mudan a una casa espectacular… y se sienten incómodos sin saber por qué. Lo tenían todo: ubicación, tamano, precio. Pero no tenían nada propio. Espacios que se ven bien desde el lente, pero no funcionan en la vida real.
Y ahí llega la frustración silenciosa: esa sensación de estar en una casa preciosa pero vacía.
Como una comida servida con elegancia que se veía espectacular, pero que al probarla no tenía sabor. Solo apariencia. Ninguna nutrición emocional.
Diseñar desde la superficie puede llenar un plano. Pero solo diseñando desde la intención se llena una vida.
Una casa puede ser impresionante, pero hueca. Puede tener doble altura, pero cero calidez.
Puede tener presupuesto alto, pero cero conexión con quien la habita.
Diseñar bien ya no es copiar lo último. Es anticipar cómo se quiere vivir… y hacerlo realidad con belleza, intención y criterio.
