Afirma altos costos y pérdida de capacidad de compra limitan el acceso a una
vivienda digna.
SANTO DOMINGO.– La presidenta de la Asociación Dominicana de Constructores y Promotores de Viviendas (Acoprovi), Annerys Meléndez, advirtió que la oferta de viviendas de bajo costo ha experimentado una disminución importante, en medio de un escenario en el que las familias dominicanas presentan cada vez menos capacidad económica para comprar.
La líder empresarial explicó que el sector construcción ha registrado un decrecimiento en los últimos dos años, afectado por tasas de interés elevadas, encarecimiento de materiales, aumento de la mano de obra y demoras persistentes en los procesos de permisología.
Recordó que la vivienda representa “casi el 70 % de toda la construcción en el país”, por lo que cualquier desaceleración en este renglón impacta de manera directa a miles de familias que buscan acceder a una casa digna.
La presidenta del gremio de los constructores afirmó que el segmento más afectado es el de vivienda asequible. “Yo me atrevería a afirmar que esto ha disminuido”, dijo en una entrevista en el programa Telematutino 11, al referirse a la baja en la cantidad de proyectos y unidades dentro del rango de bajo costo.
Meléndez señaló que, aunque el tope vigente para las viviendas de bajo costo es de RD$5.5 millones, las condiciones actuales del mercado hacen cada vez más difícil que los compradores puedan calificar. Indicó que la capacidad económica de las familias “ha ido disminuyendo durante el tiempo”.
A esto se suma el reto de completar el inicial. “Es muy difícil para los dominicanos poder, como decimos coloquialmente, juntarse con ese inicial”, afirmó, agregando que muchas familias deben “estar pagando alquiler, ahorrando y alquilado al mismo tiempo”, lo que complica aún más el proceso.
Meléndez sostuvo que sin apoyo estatal el acceso se vuelve casi imposible, especialmente para quienes ganan uno o dos salarios mínimos. “Es difícil con una cuota tan económica tú acceder a una vivienda sin un subsidio”, expresó.
Principales retos
En su análisis, Meléndez señaló que los programas de ahorro actuales no permiten cubrir el monto requerido para iniciar la compra, lo que deja a miles de familias fuera del mercado formal de vivienda.
Explicó que la inflación en bienes y servicios golpea de forma directa el presupuesto familiar, reduciendo el margen disponible para el ahorro y afectando la posibilidad de cumplir con los requisitos bancarios.
Meléndez destacó que ningún país ha logrado desarrollar un mercado sólido de vivienda social sin respaldo estatal. “No hay forma de que en otros países se haya desarrollado un mercado saludable de vivienda de interés social o de bajo costo sin subsidios del gobierno”, subrayó.
Incertidumbre
La empresaria valoró como positiva la integración de los programas “Familia Feliz” y “Mi Vivienda” bajo la iniciativa “Mi Vivienda 2”, destacando que aporta mayor control y transparencia al proceso.
Sin embargo, advirtió que el mecanismo actual de asignación de subsidios genera incertidumbre entre los desarrolladores, quienes no pueden saber con anticipación cuántas de las unidades de un proyecto recibirán apoyo estatal.
En ese sentido, alertó que esta falta de claridad afecta la planificación y la inversión. “Un proyectista no se puede embarcar a hacer 500 viviendas, cuando no se sabe si le van a dar subsidios solo a 100”, indicó.
Concluyó que el país necesita fortalecer los mecanismos de apoyo, garantizar reglas claras y mejorar la coordinación entre Estado y sector privado, a fin de asegurar que más familias puedan acceder a una vivienda formal y que los desarrolladores mantengan confianza para seguir construyendo.
