El geólogo insta a reforzar el código de construcción y a evaluar las edificaciones con más de 30 años de uso.
SANTO DOMINGO.– El geólogo Osiris de León advirtió que los frecuentes microsismos que ocurren en el país debilitan silenciosamente las edificaciones, especialmente aquellas con décadas en funcionamiento.
“Cada temblor, aunque sea leve, genera microgrietas en el hormigón. No se ven, pero están ahí, y por esas grietas entra agua de lluvia, que es ácida. Con el tiempo, eso va deteriorando el cemento y oxidando las varillas”, explicó.
Señaló que en zonas donde hay presencia de salitre, lluvia ácida y actividad sísmica constante, las estructuras pierden resistencia aceleradamente. “En un año podemos tener hasta 300 temblores. Cada uno suma en el deterioro de las estructuras”, sostuvo.
De León recordó que si en la actualidad ocurriera un terremoto como el del 4 de agosto de 1946, de magnitud 8.1, seguido de una réplica de 7.6 cuatro días después, los daños serían catastróficos, especialmente en la región del Cibao. “No estamos preparados. Nuestras escuelas y hospitales no son sismorresistentes”, advirtió en declaraciones ofrecidas en el programa “Deyanira en Alta Voz”, transmitido a través de YouTube.
El especialista criticó la gran cantidad de construcciones informales en el país. Indicó que cerca del 75 % del volumen de obras lo ejecutan personas no capacitadas: “En los barrios, quien construye es el albañil. No hay ingeniero, ni arquitecto, ni miembro del CODIA supervisando esas obras. Eso debería estar prohibido por ley”.
También rechazó la práctica de repetir modelos de construcción en diferentes zonas sin tomar en cuenta el tipo de suelo. “No puedes usar el mismo diseño para una escuela en una zona de roca rígida como Naco, y repetirlo en Los Ríos, Pantoja o Los Alcarrizos, donde hay suelos arcillosos o arenosos. Eso es un error grave”.
De León urgió al Estado a realizar una microzonificación sísmica de todos los núcleos urbanos y a legislar para que las edificaciones con más de 30 años pasen por una evaluación técnica rigurosa. “No aprendemos. Casos como el colapso del muro en el túnel de la Máximo Gómez o lo que pasó en el Jet Set son advertencias que el país debe tomar en serio”.
Finalmente, afirmó que los fenómenos naturales no son culpa del gobierno, pero sí lo es no hacer las inversiones necesarias: “Primero en educar a la población, y segundo en reforzar el código de construcción para hacerlo más robusto”.
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