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Por Indhira Desangles

Especial para El Inmobiliario

En estos últimos años he visto cómo un nuevo tipo de activo se ha vuelto irresistible para ciertos negocios: los espacios que se ven bien en Instagram.

Y no me refiero solo a locales de moda. Estoy hablando también de cafeterías pequeñas, showrooms, oficinas boutique, tiendas de decoración o salones de belleza que eligen su local comercial no solo por ubicación y tamaño, sino porque el background es “posteable”.

Y como realtor comercial, puedo confirmarlo: el diseño vende. Y mucho.

El diseño como anzuelo comercial

En República Dominicana y otras capitales de la región, los desarrollos más visionarios ya entendieron que la arquitectura + estética + experiencia = tracción digital.

Un espacio bien iluminado, con fachada atractiva, una entrada que invite a tomarse fotos, o detalles que conecten con la cultura visual de TikTok o Instagram, es un imán de tráfico físico y digital.

Hace poco ayudé a cerrar el alquiler de un local en una plaza mediana de Santo Domingo. ¿La razón por la que ganó frente a opciones más baratas?


Un mural artístico, buena luz natural y un piso tipo cemento pulido perfecto para stories. Así de simple. La marca no buscaba solo una tienda: quería un “escenario”.

¿Es solo superficial? Para nada.

Los locales “instagrameables” no solo atraen gente, generan marketing orgánico al negocio sin pagar ads. Un cliente se toma una foto, la sube, la taggea y la ubicación empieza a sonar.


En el sector gastronómico esto ya es norma. Pero ahora lo vemos también en clínicas estéticas, salones de bellezas, tiendas de ropa y accesorios, coworkings, barberías, joyerías y más.

El cliente moderno quiere compartir dónde está. Y si el espacio no inspira… simplemente no lo hace.

El contenido generado por los usuarios es parte del modelo comercial.

¿Qué está pasando en República Dominicana?

Te doy algunos ejemplos cercanos:

  • Locales en Zona Colonial restaurados con detalles históricos que se mezclan con diseño contemporáneo: son un imán para marcas de café, galerías y diseñadores emergentes.
  • Coworkings en Naco o Piantini que no solo ofrecen internet y escritorios, sino rincones que parecen sacados de Pinterest.
  • Restaurantes en Punta Cana diseñados con tanto cuidado estético que la gente va, literal, por la foto (y luego consume).

Esto no es casualidad. Es estrategia.

Como realtor, ¿qué recomiendo?

Cuando asesoro a marcas en crecimiento o desarrolladores, siempre les digo:
El diseño no es decoración. Es parte del modelo de negocios.
Un local con buena visibilidad digital, que se alinea con la estética de su público, tiene más posibilidades de generar buzz, atraer comunidad y retener clientes. Así que si estás desarrollando, invirtiendo o alquilando… haz scroll en Instagram antes de firmar. El feed puede decirte mucho. Y buscate un buen arquitecto.