Cobras después de vender, asumes riesgo civil y penal, trabajas gratis por meses y años … y si el cliente se arrepiente, pierdes todo. ¿Te suena a negocio rentable?
Es irritante escuchar de parte de propietarios y desarrolladores esa frase que se ha vuelto tan común: “Los agentes inmobiliarios se la ganan bien fácil”. Como si recogiéramos dinero de la calle. Como si vendiéramos hoy y cobráramos mañana. Como si no existieran riesgos, responsabilidades, ni costos ocultos en esta profesión.
Pues bien, es hora de poner las cartas sobre la mesa.
La gran mentira: “Trabajo fácil, dinero rápido”
Cuando alguien dice que “nos la ganamos fácil”, inmediatamente sé que no tiene la menor idea de lo que realmente implica ser un agente inmobiliario profesional y formalizado.
¿Fácil? Permíteme contarte lo que realmente sucede detrás de cada “comisión fácil”:
Trabajamos meses y hasta años con un cliente sin garantía alguna de que la transacción se concrete. Asumimos responsabilidad civil y, en algunos casos, hasta penal por las asesorías que brindamos. Invertimos en combustible llevando clientes a visitar propiedades sin saber si comprarán. Mantenemos gastos de representación e imagen porque nuestra credibilidad es nuestro activo más valioso.
Y todo esto antes de cobrar un solo peso.
La paradoja de la formalización: Más costos, misma incertidumbre
Como bien señala mi colega la abogada Agri Valverde en su artículo ¿formalizar o sobrevivir?: “En RD, el marco legal no distingue entre una multinacional y una panadería de barrio. Las Mipymes enfrentan normas ambientales, fiscales y laborales sin acompañamiento, sin gradualidad y sin criterios proporcionales».
Esta realidad golpea directamente a los agentes inmobiliarios formalizados. Cargamos con costos empresariales de multinacional mientras trabajamos con la incertidumbre de cobrar “si todo sale bien”.
Los costos que nadie ve
Mientras el desarrollador, la fiduciaria o el propietario dice que “nos la ganamos fácil”, nosotros pagamos:
Costos empresariales obligatorios:
- Capacitaciones ley 155-17 (anual obligatorio para todo el personal)
- Capacitaciones como oficial de cumplimiento (mínimo 12 horas al año)
- Nómina de empleados y seguridad social
- INFOTEP mensual e impuesto sobre la renta anual
- Retenciones obligatorias y software profesional
Costos operativos invisibles:
- Combustible para transportar clientes (sin garantía de venta)
- Gastos de representación e imagen profesional
- Publicidad online y offline
- Community managers, filmmakers y creadores de contenido (porque si no trabajas tus redes sociales te mueres como marca y los clientes no te encuentran)
- Aplicaciones especializadas para redes sociales
- Software y herramientas para brindar servicio óptimo
- Los temidos gastos “hormiga” de aplicaciones mensuales
¿Se me quedó alguno?
Todo esto sale de nuestro bolsillo antes de ver el primer peso de comisión.
El modelo económico roto
Aquí está la ecuación brutal que nadie quiere reconocer:
Costos fijos mensuales + trabajo no remunerado + riesgos legales = «Comisión fácil»
Cobramos lo que yo prefiero llamar honorarios (porque hacemos trabajo de asesoría profesional), pero con la diferencia de que otros profesionales cobran por adelantado y nosotros cobramos después de vender. Después de haber hecho un trabajo arduo, con compromiso, responsabilidad civil y, en algunos casos, hasta penal.
¿Te imaginas a un abogado trabajando gratis hasta que ganes el caso y si no ganas no cobras? ¿A un médico cobrando solo si te curas?
La seguridad jurídica que nos falta
Y aquí viene la pregunta la gran pregunta: ¿Quién supervisa a los desarrolladores y a las fiduciarias que no pagan?
Debemos trabajar de la mano, no que sean nuestros verdugos. La seguridad jurídica no puede ser un lujo solo para algunos sectores del ecosistema inmobiliario.
Cuando una constructora o fiduciaria tarda años en pagar después de que hicimos nuestro trabajo, ¿dónde está nuestra protección legal? Cuando el cliente se devuelve del negocio y perdemos toda la inversión de tiempo y recursos, ¿quién nos respalda?
La inflación que devora las “comisiones fáciles”
Mientras esperamos cobrar esos honorarios “fáciles”, la inflación se los come. Lo que acordamos hace seis meses ya no tiene el mismo valor cuando finalmente llega el pago. Pero de eso tampoco hablan cuando dicen que “nos la ganamos fácil”.
El despertar necesario
Es momento de que todo el ecosistema inmobiliario entienda una realidad: Los agentes inmobiliarios profesionales no somos vendedores ambulantes. Somos empresarios formalizados con costos reales, riesgos tangibles y responsabilidades legales.
Cuando un desarrollador dice que “nos la ganamos fácil”, en realidad está reconociendo que no comprende el valor del trabajo profesional que realizamos.
La reflexión final
A veces me pregunto si este negocio de ser agente inmobiliario es realmente rentable bajo las condiciones actuales. ¿Será momento de descomisionar la profesión y empezar a cobrar honorarios como los verdaderos profesionales que somos?
Porque aquí está la verdad incómoda: Si realmente fuera tan “fácil” como dicen, todos lo estarían haciendo y todos serían exitosos.
La próxima vez que escuches a alguien decir que “los agentes inmobiliarios se la ganan bien fácil”, invítalo a revisar esta lista de costos y responsabilidades. Después pregúntale si todavía piensa que es “fácil” trabajar gratis por meses con la esperanza de cobrar… algún día.
La pregunta no es si nos la ganamos fácil. La pregunta es si el ecosistema está dispuesto a reconocer y respetar el valor real de nuestro trabajo profesional.
¿Eres agente inmobiliario y te identificas con esta realidad? ¿Eres desarrollador, fiduciaria o propietario y nunca habías visto estos costos? Es hora de que tengamos conversaciones honestas sobre el verdadero valor del trabajo inmobiliario profesional.



