Por Gissel Taveras
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SANTO DOMINGO.- Niños descalzos jugando pelota, propietarios atendiendo sus negocios, jóvenes en una esquina escuchando música y fumando hooka, caballeros jugando dominó, gente en los parques, en fin, una tarde cualquiera en el sector La Nueva Barquita de Sabana Perdida en Santo Domingo.
En una visita realizada por El Inmobiliario a 8 años de su entrega, se puede observar la limpieza y organización del lugar.
El problema de proyectos similares ha sido la discontinuidad de la administración de los mismos, lo que provoca que en poco tiempo se deterioren las infraestructuras.
Para responder a esta problemática se diseñó una estructura de gestión territorial comunitaria: el Patronato La Nueva Barquita, liderado por el padre Gregorio Alegría, quien administra las infraestructuras con el fin de garantizar la sostenibilidad física, social y económica del proyecto.
El mismo procura asegurar el patrimonio familiar que reside en La Nueva Barquita, estableciendo un contrato de comodato: luego de 10 años, las unidades habitacionales pasarán a ser bien de familia. Por lo que estas viviendas no se pueden vender, ni destruir, ni subarrendar.
Contrario a esta regla, hasta la fecha se han vendido 148 apartamentos.
Siendo inexplicable para muchos ya que de vivir a orillas del río Ozama, con diversas penurias como inundaciones, casas construidas con alucin, pasaron a cómodos apartamentos de 3 habitaciones, con balcón, salón comedor, cocina, área de lavado, despensa, closet y baño.
¿Cuáles son las posibles razones por las cuales algunos propietarios han decidido vender?
“La mayoría que han vendido han sido esas personas con algún vicio, o algún problema financiero, es que una persona en su sano juicio no hace eso”, expresa María Rodríguez una residente de la zona.
Mientras que Rosalba Ramírez que tiene un pequeño negocio de artículos para el hogar considera que eso son casos esporádicos, no representa una mayoría.
“Es que donde quiera tú vas a encontrar gente que nunca ha tenido nada y cuando lo tiene no lo sabe administrar, no saben el valor de las cosas, por eso venden”., comenta.
Asimismo, dice que el que compra sin título no está comprando con garantía, “ a nosotros no nos han dado los títulos, y hay apartamentos de 30 años que los da el Gobierno, todavía no han recibido ningún papel, imagínate a nosotros que solo tenemos 8 años”, señala.
Afirma que las unidades habitacionales no tienen ningún problema, ni de filtración, ni vicios de construcción, además el propietario tiene que ser responsable del mantenimiento de su vivienda.
“El Patronato también es para eso, se le paga una cuota de 1, 000 pesos mensuales y cuando tienes algún inconveniente, te ayudan a resolverlo, y con todo eso hay muchos que nunca han pagado y no pasa nada”.
Otro residente llamado Miguel de la Rosa, quien tiene un pequeño colmado explica que el que quiere superarse lo hace en cualquier oportunidad.
“Aquí te dan oportunidades, tú puedes alquilar un pequeño local, y poner cualquier negocio”.
Aseguró que los precios van a depender del tamaño del local, los pequeños cuestan 3,000 pesos, los medianos 4,000 y los grandes 6,000 pesos, todos son administrados por el Patronato.
Julio Ortiz, quien se encontraba jugando dominó con unos amigos, sin embargo, dice que una de las razones puede ser la delincuencia y la bulla.

Residentes opinan en La Nueva Barquita hay oportunidades de superación. (Gissel Taveras/El Inmobiliario).
“Aquí no se apaga un radio y una bulla, desde que amanece y todavía hasta las 3:00 A.M. tu oyes esa música, y llamas a la fiscalía y no hacen nada”.
“Es que aquí llegaron gente de todo tipo, personas serias pero también delincuentes”, agrega.
Asimismo, opinó que el Patronato de La Nueva Barquita está haciendo un excelente trabajo hasta el momento.
¿Cómo fue el proceso de traslado?
De la Ciénaga, Los Guandules y parte de La Vieja Barquita a orillas del río Ozama, 1,782 familias (más de 6,000 habitantes), fueron trasladadas al proyecto habitacional de La Nueva Barquita.
El proceso para la readecuación formó parte integral de un plan de sostenibilidad de manejo del río Ozama que enlazó varios municipios del Gran Santo Domingo.
El proyecto se planteó como experiencia piloto inicial para actuaciones urbanas integrales que estén enmarcadas en el rescate de zonas fluviales dañadas ambientalmente en todo el territorio dominicano; de igual forma, la influencia legal de este proceso tuvo un alcance nacional ya que promovió en la legislación nacional nuevas figuras como el padrón municipal y la ley de barrios.
De acuerdo a la Unidad Ejecutora para la Readecuación de La Barquita y Entornos (URBE), en todo el proceso, un equipo especializado se ocupó de mantener actualizado el padrón, de forma que cuenta con la información necesaria para la toma de decisiones en los distintos pasos del proyecto.
Cada dinámica, antes de hacerse masiva para todas las familias, debió superar una experiencia piloto, la cual se comunicaba y validaba con todo el equipo, concretando protocolos, contenidos, herramientas propias de cada proceso, tiempos y modalidad de medición posterior.
Mudanza y acompañamiento
Se realizó un acto bajo presencia de notario público en el cual se presentó el padrón fotográfico (con los datos y fotos de las familias a ser trasladadas), a fin de validar con los líderes comunitarios el cumplimiento de los criterios establecidos.
El traslado se planificó de manera integral con las diferentes instituciones (compañía de electricidad, transporte, etc.) para garantizar la seguridad y fluidez necesarias.
Los apartamentos fueron previamente asignados por número, por lo que cada familia sabía la ubicación de la vivienda.
En la Nueva Barquita hay un sistema de convivencia basado en buenos hábitos y valores.
Según la URBE, este contenido base se retroalimentó en su ejecución y por los hitos de construcción física del proyecto: caracterización de las unidades habitacionales, usos de suelo, infraestructura, espacios públicos y aspectos que definen el ordenamiento urbano.
Objetivos del patronato
De acuerdo al Ministerio Administrativo de la Presidencia, el Patronato de Nueva Barquita tiene los siguientes objetivos:
a) Redactar y administrar los contratos de derecho de uso de los apartamentos residenciales.
b) Redactar y administrar los contratos de alquiler de los locales comerciales.
c) Administrar el padrón y mantener estadísticas actualizadas que sirvan como instrumento administrativo, así como mecanismos idóneos de planificación tendentes a garantizar las condiciones físicas necesarias y convivencia ciudadana.
d) Velar por el buen funcionamiento y la preservación del proyecto y sus entornos.
e) Analizar los problemas que afecten el proyecto y tomar decisiones al respecto o acudir ante las autoridades correspondientes.
f) Garantizar el uso adecuado de las propiedades y el mantenimiento de lo construido.
En La Nueva Barquita se encuentra todo tipo de establecimientos y negocios, cuentan con una Farmacia del Pueblo, un centro para niños, INAIPI, escuela secundaria, un Centro Tecnológico Comunitario (CTC), iglesias, parques con áreas de ejercicios, barberías, salones de belleza, una fiscalía, ferreterías, tiendas de comida, de artículos para el hogar, ropa y accesorios para celulares, además de tiendas para la venta de bebidas alcohólicas y colmados.