Por Raquel Salas
Especial para El Inmobiliario
Recientemente, tras participar en un emocionante maratón inmobiliario en enero de este año, decidí retomar mi pasión por correr. Al principio, me costó adaptarme a la rutina y seguir las pautas de entrenamiento. Sin embargo, con el tiempo, comprendí que cada kilómetro recorrido era un paso hacia mi evolución. Esta experiencia me llevó a reflexionar sobre cómo el crecimiento en el sector inmobiliario se asemeja a este proceso. Al igual que un corredor necesita construir una base sólida antes de enfrentarse a un maratón, un asesor inmobiliario debe establecer un cimiento de conocimientos y habilidades. Conocer el mercado, entender las tendencias y aprender sobre financiamiento son aspectos fundamentales que nos preparan para los desafíos que vendrán.
Correr no es solo un acto físico; es una danza entre la mente y el cuerpo, un viaje que nos lleva a explorar nuestros límites y descubrir nuestra verdadera fortaleza. En el mundo de los bienes raíces, esta misma danza se despliega en cada transacción, en cada negociación y en cada relación construida. Al igual que un corredor que se prepara para una maratón, el asesor inmobiliario debe aprender a moverse con gracia y determinación, entendiendo que el éxito no se mide en velocidad, sino en la capacidad de avanzar paso a paso, con paciencia y estrategia.
La disciplina es un pilar esencial en esta travesía. Así como un corredor debe entrenar regularmente, un profesional de bienes raíces debe dedicar tiempo a investigar propiedades, asistir a seminarios y construir una red de contactos. Al principio, puede parecer abrumador, pero con la práctica constante, la confianza en nuestras decisiones crece y nuestras habilidades se perfeccionan. Cada pequeño esfuerzo se convierte en un ladrillo que edifica nuestra carrera.
Es importante recordar que, al igual que en el running, donde se comienza con carreras cortas, en el ámbito inmobiliario es recomendable iniciar con proyectos más pequeños. Estas experiencias nos permiten aprender sobre el proceso, enfrentar desafíos y, lo más importante, construir confianza. Cada pequeño éxito nos prepara para asumir proyectos más grandes y complejos en el futuro, creando un camino sólido hacia el éxito.
La resiliencia es otra lección que el running nos enseña. Correr una maratón implica enfrentar obstáculos, desde lesiones hasta días en los que simplemente no tenemos ganas de entrenar. En el mundo inmobiliario, también nos encontraremos con desafíos: fluctuaciones del mercado, problemas con inversionistas y dificultades con colegas.
La clave está en aprender a adaptarnos y encontrar soluciones. Cada obstáculo superado nos fortalece y nos acerca más a nuestras metas.
Finalmente, al cruzar la línea de meta en una maratón, la sensación de logro es indescriptible. En el ámbito inmobiliario, cada propiedad vendida cada proyecto completado y cada cliente satisfecho son hitos que merecen ser celebrados. Reconocer nuestros logros, por pequeños que sean, nos motiva a seguir adelante y a establecer nuevas metas.
Así que, si te encuentras al inicio de tu carrera en bienes raíces, recuerda que este camino es un maratón, no una carrera de velocidad. Requiere preparación, disciplina, paciencia y resiliencia. Con cada pequeño esfuerzo que realices hoy, estarás un paso más cerca de cruzar la línea de meta en tu carrera hacia el éxito.
La autora es relacionista pública de los desarrollos Mystiq, CEO y fundadora de Reenfoque Positivo y Equilibrio Inmobiliario, directora del Grupo de Medios RP, coach integrativa para el desarrollo personal y conferencista motivacional certificada por John Maxwell Leadership. Además, es directora del programa formativo para agentes inmobiliarios «Time To Grow» y autora de los libros «Antes de Decir que Sí» y «Tiempo para Mí».
