Por Raquel Salas
Especial para El Inmobiliario
A propósito de los lamentables eventos que han ocurrido en el ámbito de las estafas inmobiliarias y los inevitables efectos colaterales que estas situaciones desencadenan, quiero dirigirme de manera especial y directa a los agentes que, sin proponérselo y quizás de forma un tanto ingenua, se han dejado llevar por la adrenalina que caracteriza a quienes estamos en el mundo de los bienes raíces. Muchos han caído en la trampa de comercializar desarrollos que terminaron siendo fantasmas o que nunca se llegaron a construir.
Solo imaginarme un minuto en esa posición me provoca un estado de enojo, confusión, desconcierto y hasta una pizca de vergüenza. Por ello, creo entenderles un poco y, por tal razón, hoy quiero animarlos. Si bien es cierto que es una situación difícil, también es verdad que de estos reveses que sacuden la industria de los bienes raíces podemos extraer las mejores lecciones y llevarlas a la acción.
Como reza una frase del dramaturgo y poeta alemán Bertolt Brecht: “La crisis se produce cuando lo viejo no acaba de morir y cuando lo nuevo no acaba de nacer”. Estas tormentas que afectan nuestra industria son un llamado de atención para encausar al gremio y regularizar a todos sus actores, desde agentes hasta desarrolladores. Lo que hoy es una pesadilla para muchos, mañana será un aleccionador recuerdo; depende de cada uno de nosotros elegir qué aprender de esto, y la lección es obvia: estos sucesos nos revelan qué hacer y qué evitar.
Durante nuestra reciente jornada de equilibrio productivo, recuerdo haber expresado una de mis misiones para este año: ser enfática y reiterativa en instar a los agentes a que, antes de aventurarse a promover un desarrollo, agoten los procesos de debida diligencia. Sé que hoy todo se ve oscuro, pero mientras las autoridades competentes siguen trabajando en defensa de todos los afectados, les invito a reflexionar juntos sobre las lecciones que nos dejan estos dramáticos escenarios.
Lecciones que he podido identificar:
1. Hacer una correcta debida diligencia de los desarrollos.
2. Evaluar los antecedentes de la desarrolladora, lo que incluye la reputación de los socios involucrados, su cumplimiento de las fechas de entrega de desarrollos anteriores, y su capacidad para trabajar con transparencia, honestidad y comunicación fluida.
3. Establecer una comunicación constante con los compradores, manteniéndolos informados sobre el progreso del desarrollo y cualquier eventualidad que pueda surgir.

4. Identificar las señales de alerta durante el proceso de captación, como la falta de documentación o la evasión de preguntas directas sobre el proyecto.
5. Fomentar una cultura de ética y responsabilidad en el sector, donde cada agente se sienta comprometido a actuar en beneficio de sus clientes y de la comunidad.
¡Luces rojas!
Es fundamental que esta experiencia nos enseñe a ver las luces rojas durante el proceso de captación de proyectos y muchas otras que van apareciendo en la etapa de ventas. Un error garrafal es aventurarse a seguir vendiendo un desarrollo que, a pesar de que la constructora ha excedido los plazos de entrega y no se evidencia ni un 50% de avances en infraestructura, no establece una comunicación transparente y eficiente. Como mencioné en uno de mis artículos anteriores, esto es vender un problema, ya que ante ese escenario se hace evidente que algo no va bien.
Hoy, con mi sensibilidad a flor de piel y consciente de lo sanadora que puede llegar a ser la poesía, quiero cerrar con unos versos de aliento. Recordemos que cada desafío es una oportunidad para crecer y aprender.
Versos de Aliento.
Hoy, en medio de la incertidumbre,
donde los cimientos parecen tambalear,
recuerda que cada ladrillo caído
es una lección que nos invita a construir.
Las paredes de la confianza,
aunque agrietadas, pueden ser reparadas,
y cada error, un plano revisado
que nos enseña a edificar con sabiduría.
No te dejes llevar por la sombra del miedo,
pues incluso en la tormenta más oscura,
hay un alba que asoma,
una nueva oportunidad para empezar.
Las estafas son lecciones duras,
pero no definen tu valor ni tu camino.
Eres un arquitecto de sueños,
y cada paso en falso es un paso hacia el crecimiento.
Así que levanta la mirada,
construye puentes de comunicación,
y recuerda que el futuro se forja
con la honestidad y el compromiso.
Hoy, aunque el peso sea grande,
la esperanza es el cimiento más fuerte.
Juntos, podemos reconstruir,
y en cada nuevo proyecto, hallar la luz.
Me despido recordándote que este momento difícil también pasará; no dejes que este evento te defina ni empañe tu pasión por el sector inmobiliario. Cada experiencia, por dura que sea, es una oportunidad para aprender y crecer. Toma las lecciones que has adquirido, fortalécete con ellas y sigue adelante con la certeza de que el camino hacia el éxito está lleno de desafíos, pero también de oportunidades. La resiliencia es la clave, y juntos, podemos construir un futuro más sólido y ético en nuestra profesión.
La autora es: Relacionista pública de los desarrollos Mystiq, CEO y fundadora de Reenfoque Positivo, directora del Grupo de Medios RP, Coach Integrativa para el desarrollo personal y conferencista motivacional certificada por John Maxwell Leadership, cofundadora del podcast introspectivo Perros Verdes, autora de «Antes de Decir que Sí» y «Tiempo para Mí»