Por Raquel Salas
Especial para El Inmobiliario
Augusto Varoni, un vendedor destacado, había logrado un récord impresionante de más de 27 propiedades vendidas en un solo trimestre durante su segundo año de carrera. Su entusiasmo y habilidad para conectar con clientes e inversionistas le permitieron triplicar sus cifras de ventas, convirtiéndose en un referente en su campo. Sin embargo, su éxito se vio amenazado cuando el cronograma de construcción de un desarrollo en el que estaba involucrado comenzó a desmoronarse, dejando el terreno desolado y cubierto de malezas. La presión de los clientes aumentó, y las relaciones que había cultivado se tornaron tensas y conflictivas.
A medida que las semanas se convirtieron en meses. Augusto enfrentó insultos, llamadas constantes y amenazas de demandas, lo que lo llevó a una profunda depresión. La falta de comunicación por parte de la desarrolladora lo dejó impotente y su confianza se desvaneció. Este relato ilustra la grave problemática de la comunicación deficiente en el sector inmobiliario, un tema que merece atención.
Podría continuar con el cuento; sin embargo, respetando el objetivo de este espacio, que se enfoca más en una opinión que en una columna de narrativa literaria, elijo entrar en materia.

Entrando al tema
Pienso en una antigua frase que dice: «La comunicación efectiva es el puente entre confusión y claridad». Esto es especialmente cierto en el sector inmobiliario, donde la falta de comunicación entre agentes, clientes, líderes de equipo y desarrolladores puede convertir un proceso que podría ser amigable en un verdadero suplicio.
La comunicación deficiente interna tiene consecuencias graves. Cuando las empresas inmobiliarias ignoran los protocolos de comunicación y no informan oportunamente, la dinámica laboral se ve afectada. Esto resulta en desánimo, falta de compromiso y una pérdida de credibilidad. Por lo tanto, es crucial fortalecer y generar estrategias claras y viables para la comunicación corporativa.
He vivido de primera mano la desagradable y estresante experiencia de lidiar con retrasos en la entrega de desarrollos. Estos retrasos, que a menudo superan el margen estipulado en los contratos de promesa de compra, generan confusión y frustración.
La comunicación deficiente entre desarrolladores y agentes
El silencio de la desarrolladora puede dejar a los agentes en una posición de impotencia. Una comunicación fluida desde el inicio previene muchos malestares, permitiendo a los agentes preparar a sus clientes para posibles retrasos y evitando crisis en la reputación corporativa. Sin embargo, algunas desarrolladoras enfrentan retrasos por diversas razones, desde situaciones de fuerza mayor hasta malas prácticas en la gestión de permisos o por dejadez.
Independientemente de la causa, la falta de comunicación oportuna y transparente desencadena daños colaterales que afectan a familias, empresas inmobiliarias, agentes y colaboradores que se apegan a una ética profesional. En ocasiones, se escucha la absurda justificación de que la mayoría de los desarrolladores entregan tarde, lo cual es rotundamente incierto. Dejarse guiar por quienes lo hacen mal es un culto a la mediocridad; la realidad es que son más los que eligen hacerlo bien y lo logran.
Para mejorar la comunicación, los desarrolladores y constructoras deben compartir abiertamente su cronograma de construcción, informar con transparencia el estatus de cada proceso y notificar oportunamente los pronósticos de retrasos. Es fundamental mantener un enfoque comunicacional basado en el respeto y la asertividad.
De su lado, los agentes y empresas inmobiliarias deben crear y sostener estrategias de comunicación efectivas, depurar adecuadamente cada desarrollo en su cartera de proyectos y construir un canal de comunicación fluida y honesta con cada empresa desarrolladora. Además, es esencial estandarizar la información relevante que debe conocer el prospecto que busca invertir, desde cómo y con cuánto reservar hasta la explicación de los procesos de debida diligencia, formalización de la compra y entrega.
Conclusión
La comunicación efectiva es vital en el sector inmobiliario. Como dijo el famoso escritor y filósofo George Bernard Shaw: «El problema de la comunicación es la ilusión de que se ha logrado». Es hora de que todos los actores del sector inmobiliario tomen acción y se comprometan a mejorar la comunicación, no solo para proteger sus intereses, sino también para construir relaciones más sólidas y confiables. La claridad y la transparencia son el camino hacia el éxito.
La autora es: Relacionista pública de los desarrollos Mystiq, CEO y fundadora de Reenfoque Positivo, directora del Grupo de Medios RP, coach de vida y conferencista motivacional certificada por John Maxwell Leadership, cofundadora del podcast introspectivo Perros Verdes, autora de «Antes de Decir que Sí» y «Tiempo para Mí».