PUNTA CANA.-República Dominicana es el país de las oportunidades, con gente cálida, facilidades fiscales, seguridad jurídica e innumerables atractivos que hacen de la tierra del merengue un remanso que seduce la inversión extranjera.
«Dominicana no es solamente una tierra para invertir en bienes raíces. Es una tierra de grandes oportunidades en donde el sabor, la hospitalidad…..le decimos que es la tierra del merengue, la tierra del larimar, la tierra del zancocho, de la bandera. República Dominicana tiene un sinnúmero de razones para invertir acá», comentó la destacada abogada inmobiliaria, Reyna Echenique, al participar en el panel de presidentes de la Confederación Inmobiliaria Latinoamericana (CILA), en el marco del X Congreso Latinoamericano CILA-AEI, que se lleva a cabo en el principal polo turístico del país.
Al exponer, junto a 14 representantes de los países participantes, Echenique citó varias razones, citando la estabilidad económica que dijo, se mantiene en constante crecimiento, atrayendo miles de millones de dólares para invertir en República Dominicana en términos de inversión extranjera.
«También contamos con un marco jurídico muy robusto y fortalecido donde nuestra ley de 1695 le otorga la oportunidad al inversionista de recibir trato igualitario al igual que el inversionista local», siguió narrando.
Agregó la la libertad de repatriar capitales y beneficios sin la necesidad de tener residencia o visa para invertir, la ubicación estratégica la cual conecta el país con más de 1200 millones de consumidores por nuestros acuerdos internacionales.
«También tenemos la exoneración de impuestos a través de nuestra ley 158-01, mejor conocida como la ley de CONFOTUR, y que le otorga la oportunidad de recibir beneficios de exoneraciones de impuestos de hasta 15 años», sostuvo.
Además contamos-expuso- con acuerdos para evitar la no doble tributación y así hacer la inversión más rentable. «En resumen, República Dominicana es una tierra de oportunidades para invertir donde cada inversionista se siente como en casa», concluyó Echenique.
