La ciudad más pequeña del mundo se llama Hum y se encuentra en Croacia, en la región de Istria, muy cerca del mar Adriático. Este diminuto lugar tiene apenas 100 metros de longitud y cuenta con alrededor de 30 habitantes, lo que la convierte en un verdadero récord mundial.
Aunque oficialmente se le reconoce como ciudad, muchos la consideran más bien
un pintoresco pueblo medieval que ha sabido conservar su encanto a lo largo de los siglos.
Hum es famosa no solo por su tamaño, sino también por su historia y arquitectura. Sus calles empedradas y murallas de piedra recuerdan a la época medieval, y cada rincón parece detenido en el tiempo. A pesar de su pequeñez, posee una iglesia, un museo y hasta un ayuntamiento, lo que le da el estatus de ciudad. Este detalle curioso atrae a turistas de todo el mundo que quieren experimentar la sensación de recorrer una ciudad en apenas unos minutos.
Además, Hum es conocida por mantener vivas tradiciones locales, como la producción de aguardiente casero llamado “grappa” y la celebración de festivales culturales que reúnen a los pocos habitantes y visitantes. Es un ejemplo de cómo incluso los lugares más pequeños pueden tener una identidad fuerte y un legado cultural que los hace únicos.
Visitar Hum es como entrar en un cuento: un sitio diminuto, rodeado de naturaleza, donde la tranquilidad reina y el tiempo parece avanzar más despacio. Este dato curioso nos recuerda que no siempre el tamaño define la importancia de un lugar; a veces, lo más pequeño puede ser lo más especial.

