Han pasado cinco días desde que iniciamos el último trimestre del año; es un momento perfecto para detenerte y reflexionar: ¿te estás acercando a lo que te propusiste al comenzar el año? ¿Se concretaron esas negociaciones que esperabas? ¿Has elevado el nivel del prospecto con el que deseas trabajar? ¿Has afinado el tipo de inversionista que aspiras gestionar? Preguntas como estas surgen cuando nos damos cuenta de que el tiempo avanza con rapidez.
Solo faltan 87 días para cerrar el año, y este periodo puede convertirse en un verdadero punto de inflexión. Por eso hoy te invito a mirar desde la perspectiva del coaching integrativo: revisar, renovar y renacer. No es necesario esperar al cierre anual; cualquier momento es propicio para evaluar si avanzamos hacia nuestras metas o si necesitamos reorganizarlo todo para seguir creciendo. Este último trimestre puede marcar la diferencia: todavía estás a tiempo de ajustar las velas y retomar tu rumbo.
Será una tarea que demandará disciplina, dedicación y —sobre todo— enfoque. Vivimos rodeados de distracciones que, con el tiempo, desvían nuestra atención. El viernes pasado, mientras acompañaba a mi esposo en el lanzamiento de un desarrollo inmobiliario de un colega, me alegró conversar con un asesor y descubrir que estaba en la fase de concentrarse: no promocionaba varios proyectos a la vez, sino que gestionaba una cartelera más reducida, dirigida a un mismo perfil de cliente. Ese enfoque hace el trabajo más eficiente: todas las campañas y productos apuntan al mismo público; si uno no encaja, probablemente otro sí, porque todos pertenecen al mismo nicho.
Esa claridad se alcanza cuando te das el tiempo de revisar. Detente y pregúntate con honestidad:
• ¿Estás satisfecho con tus logros?
• ¿Qué decisiones te impulsaron y cuáles te frenaron?
• ¿Cómo han estado tu energía, tu motivación y tu propósito?
Revisar no es juzgar; es reconocer. Y desde esa conciencia surge la posibilidad de renovar.
Renovar implica reconectar con tu intención, tu estrategia y tu mentalidad. No siempre se trata de cambiarlo todo, sino de retomar aquello que te inspira. Pregúntate si aún recuerdas por qué elegiste este negocio: ¿actúas desde la pasión o desde la presión? Volver al propósito te permitirá moverte desde la inspiración, no desde la inercia.
Luego llega el momento de renacer. Este último trimestre no es solo lo que queda del año: es el inicio de lo que viene. Lo que hagas hoy no solo definirá tu cierre de 2025, sino que también sembrará el terreno para 2026.
Renacer no significa empezar de cero; significa comenzar desde lo aprendido. Es elevar tu estándar, redefinir tus metas y comprometerse con una versión más auténtica y alineada contigo y con tu propósito.
Estás en el momento perfecto para hacer una pausa consciente: no para exigirte más, sino para escucharte con atención. Revisa con honestidad, renueva con intención y renace con visión.
Las opiniones expresadas en este artículo son de la exclusiva responsabilidad de su autora.