El divorcio del sueño consiste en que las parejas duerman en camas o dormitorios separados para mejorar la calidad del sueño. Esta práctica ayuda a evitar trastornos del sueño tan comunes como los ronquidos, el insomnio, los horarios de sueño diferentes y la inquietud, que pueden provocar fatiga y tensiones en la relación. Esto es lo que hay que saber sobre esta tendencia y sus posibles beneficios para la salud.
National Geographic destaca que en la antigua Roma, el concepto de lecho conyugal, conocido como lectus genialis, era a la vez práctico y simbólico. Las parejas romanas solían utilizar una cama para las conversaciones íntimas y la intimidad física, convirtiéndola en un espacio privado dentro del hogar. No era raro que se retiraran a camas separadas cuando llegaba la hora de dormir.
Sin embargo, durante el periodo medieval, el concepto de cama conyugal exclusiva era menos claro debido a la naturaleza comunal de los espacios vitales. Las familias más pobres solían compartir una cama o una zona para dormir cerca de una fuente de calor, mientras que las familias más ricas podían reclamar habitaciones individuales, ya que vivían en casas más grandes.
En el Renacimiento aparecieron dormitorios más privados para las parejas. Sin embargo, no eran infrecuentes los dormitorios separados para maridos y mujeres, especialmente entre la realeza y la nobleza.
En la época victoriana se puso de moda que las parejas durmieran juntas, pero a finales del siglo XIX los expertos médicos volvieron a abogar por la separación. En su libro, A Cultural History of Twin Beds (Historia cultural de las camas dobles), Hilary Hinds afirma que los profesionales médicos de la época consideraban que las camas separadas eran la opción más saludable.
Figuras destacadas como el médico neoyorquino William Witty Hall y el médico de medicina alternativa Edwin Bowers hacían hincapié en los beneficios para la salud de las camas individuales. Hall abogaba por “una cama individual en una habitación grande, limpia y luminosa” y Bowers sostenía que “camas separadas para cada durmiente son tan necesarias como platos separados para cada comensal”.
En los años veinte, las camas gemelas se convirtieron en símbolo de riqueza y moda. Sin embargo, en la década de 1950 se volvió a las camas dobles, ya que la era posterior a la Segunda Guerra Mundial consolidó el concepto de dormitorio principal, considerando las camas separadas como un signo de fracaso matrimonial. Hoy en día, a medida que aumenta la concienciación sobre el papel del sueño en la salud general, la tendencia a dormir en camas separadas está resurgiendo.
Fuente: https://www.nationalgeographicla.com/

