El sector de la construcción es un ámbito dinámico y desafiante, caracterizado por desafíos únicos que pueden influir en el éxito de los proyectos. La gestión efectiva de riesgos es uno de estos desafíos.
Cada proyecto de construcción está intrínsecamente sujeto a múltiples variables e incertidumbres, desde las condiciones del sitio y el cumplimiento normativo, hasta la disponibilidad de materiales y la gestión de recursos humanos. Sin una gestión de riesgos adecuada, estas incertidumbres pueden convertirse fácilmente en obstáculos imprevistos que socavan el éxito del proyecto e influyen negativamente en la reputación de la empresa.
Para garantizar la seguridad, la eficacia y el éxito de un proyecto, es fundamental tener un plan de gestión de riesgos sólido y bien estructurado. En este artículo, Biblus, un blog especializado en temas de construcción, explorara en detalle el Plan de gestión de riesgos en la construcción.
La gestión de riesgos en la construcción
La gestión del riesgos en el sector de la construcción es un proceso metodológico y estratégico que tiene como objetivo identificar, evaluar y mitigar los riesgos que pueden afectar el éxito de un proyecto.
De hecho, en un entorno caracterizado por una compleja red de intereses y variables, es esencial comprender los principios fundamentales de la gestión del riesgo para garantizar que los proyectos de construcción se completen con éxito y de manera segura.
Igualmente, el análisis y el reconocimiento de riesgos requieren un enfoque que involucre a todas las partes interesadas, desde las figuras gerenciales hasta los trabajadores en el campo.
Además, es importante destacar cómo los riesgos pueden variar considerablemente de un proyecto a otro, según factores como:
- el tamaño de la obra,
- la complejidad de las actividades realizadas
- y el entorno circundante.
Por lo tanto, es crucial realizar una evaluación detallada y personalizada para cada proyecto, teniendo en cuenta todas las variables específicas.
En un entorno complejo como el de la construcción, la implementación de un plan de gestión de riesgos en la construcción es fundamental para evitar problemas potenciales que puedan surgir durante el proceso de construcción. Este plan representa el mapa estratégico que identifica, analiza y aborda los riesgos específicos relacionados con el proyecto de construcción.
Su importancia
Un plan de gestión de riesgos en el sector de la construcción actúa como una brújula para guiar todo el proceso dentro de un proyecto de construcción. Proporciona una estructura clara y detallada sobre cómo identificar, evaluar y mitigar los riesgos específicos que pueden afectar el proyecto, permitiendo a las partes interesadas tomar decisiones informadas y proactivas.
Los beneficios de la elaboración de este plan son numerosos. En primer lugar, contribuye a garantizar un entorno de trabajo más seguro para todos los trabajadores involucrados en el proyecto, reduciendo el riesgo de accidentes y lesiones en el lugar de trabajo. En segundo lugar, ayuda a evitar retrasos y costes adicionales, proporcionando una guía clara sobre cómo abordar los riesgos de manera oportuna y efectiva.
¿Cómo crearlo?
Para desarrollar correctamente un plan de gestión de riesgos en la construcción, es necesario seguir 3 pasos fundamentales:
- identificación de riesgos;
- evaluación de riesgos;
- mitigación de riesgos.
Fase 1: identificación de riesgos
Esta fase (fundamental) implica un enfoque proactivo para identificar todas las posibles fuentes de incertidumbre y riesgo que podrían afectar el éxito del proyecto, tales como:
Retrasos en la entrega de materiales: problemas relacionados con la logística de materiales pueden causar retrasos significativos en el progreso del proyecto, afectando los plazos de finalización y los costes.
Problemas de cumplimiento normativo: violaciones de las normativas locales, regionales o nacionales pueden conllevar multas, retrasos o incluso la suspensión del proyecto.
Variaciones en los costes: fluctuaciones en los precios de los materiales, cambios en los requisitos de diseño o imprevistos en el sitio de construcción pueden llevar a variaciones en los costes del proyecto, poniendo en riesgo el presupuesto previsto.
Fase 2: evaluación de riesgos
Una vez identificados los riesgos, es esencial evaluarlos con precisión. Este paso implica definir riesgos en el sector de la construcción mediante la asignación de probabilidades e impactos. Evaluar los riesgos permite priorizarlos según su gravedad y probabilidad de ocurrencia, lo que permite concentrar los recursos donde más se necesitan. Algunos de los riesgos más comunes pueden ser:
- retrasos en la entrega de materiales;
- condiciones climáticas adversas;
- seguridad de la obra;
- variaciones en el precio de los materiales;
- y más.
Fase 3: mitigación de riesgos
Una vez evaluados los riesgos en el contexto del proyecto de construcción, es fundamental desarrollar e implementar estrategias efectivas para mitigarlos.
Por lo tanto, la mitigación de riesgos es un proceso destinado a reducir la probabilidad de ocurrencia o el impacto de los riesgos identificados. Esta tiene como fin proteger el éxito del proyecto y los intereses de la empresa.
Además, la implementación de procedimientos de seguridad, como el entrenamiento del personal, el uso de equipos de protección personal, la vigilancia continua y el cumplimiento estricto de las regulaciones de seguridad, puede contribuir significativamente a mitigar los riesgos relacionados con la salud y la seguridad en obra.
Componentes fundamentales
Con los riesgos identificados y evaluados, es hora de crear un plan detallado de gestión de riesgos en la construcción, que incluya:
- estrategias específicas para abordar cada riesgo;
- acciones preventivas a tomar;
- medidas correctivas en caso de problemas.
Ejemplo de componentes
Aquí hay algunos ejemplos de componentes que podrían incluirse en un plan de gestión de riesgos en la construcción:
Introducción y contexto
- descripción del proyecto de construcción;
- contexto y motivaciones para la creación del plan de gestión de riesgos.
- Identificación de riesgos
- lista detallada de los riesgos potenciales relacionados con el proyecto;
- descripción de cada riesgo y sus posibles causas.
- Evaluación de riesgos
- evaluación de la probabilidad y magnitud del impacto de cada riesgo;
- cálculo del valor de cada riesgo.
- Análisis de causas y efectos
- análisis en profundidad de las causas subyacentes de cada riesgo;
- descripción de los efectos secundarios y las consecuencias si un riesgo se materializa.
- Estrategias de mitigación
- descripción detallada de las estrategias específicas para cada riesgo;
- planes de acción con pasos clave para implementar las estrategias de mitigación.
- Planificación y cronograma
- planificación de tiempos para la implementación de estrategias de mitigación;
- designación de los responsables de cada acción.
- Monitoreo y control
- indicación de KPI para evaluar la efectividad de las estrategias de mitigación;
- frecuencia y método de monitoreo de riesgos durante el proyecto.
- Comunicación e involucramiento
- indicación de cómo se gestionará la comunicación entre las partes interesadas sobre riesgos y estrategias de mitigación.
- Planes de contingencia
- planificación de acciones a tomar en caso de que ocurra un riesgo a pesar de las estrategias de mitigación.
- Responsabilidad y roles
- asignación de tareas y responsabilidades a los miembros del equipo para la implementación de estrategias de mitigación;
- Recursos necesarios
- indicación de recursos financieros, humanos y materiales necesarios para implementar el plan.
- Revisión y actualización
- indicación de momentos en los que se revisará y actualizará el plan, por ejemplo, según eventos significativos o cambios en las circunstancias.
Recuerda que cada plan de gestión de riesgos debe ser personalizado según el proyecto específico y las necesidades de las partes interesadas.
Fuente: Biblus.