La tormenta desnuda fragilidades y las pérdidas podrían empeorar el panorama económico nacional, después que el FMI bajara la proyección de crecimiento de 4.0% en abril a 3.0% en octubre.
SANTO DOMINGO. – En poco más de tres días de influencia, la tormenta tropical Melissa va dejando una huella profunda en República Dominicana, tanto en lo social como en lo económico.
Más de 1.1 millones de personas afectadas por la interrupción del servicio de agua potable debido a la salida de operación de 48 acueductos, mientras cientos han sido evacuadas y decenas de viviendas han sufrido daños estructurales, según los boletines del COE e INAPA.
En paralelo, el economista Juan del Rosario estima que las pérdidas económicas podrían superar los 1,000 millones de dólares tras más de 72 horas de paralización parcial, afectando sectores clave como comercio, transporte, turismo y construcción.
Con estos datos, Melissa desnuda no solo la fragilidad de los sistemas hídricos y la infraestructura urbana, sino también la urgencia de fortalecer la resiliencia territorial y revisar los protocolos de emergencia ante eventos climáticos extremos.
El costo de parar el país
Rosario, entrevistado para Diario Libre, estimó inicialmente que Melissa provocaría pérdidas económicas cercanas a US$510 millones de dólares, tomando como base el PIB diario (US$340 millones de dólares) y 1.5 días de paralización parcial.
Sin embargo, al viernes 24 de octubre ya han transcurrido más de 72 horas desde el inicio de las lluvias, lo que eleva la afectación económica a más de 1,000 millones de dólares, sin contar daños estructurales ni pérdidas indirectas. “Si las condiciones atmosféricas persisten hasta el viernes, las pérdidas podrían superar los 1,300 millones de dólares”, advirtió del Rosario en la entrevista publicada el jueves 23 de octubre.
Economía nacional: un año difícil
Estas pérdidas podrían empeorar el panorama económico nacional, si se tiene en cuenta que el Fondo Monetario Internacional (FMI), en su informe “Monitor Fiscal” de octubre de 2025, ajustó su proyección de crecimiento para República Dominicana a 3.0%, por debajo del 4.0% estimado en abril.
Además, estimó que la deuda pública cerraría el año en 60% del PIB, posicionando al país como la sexta economía más endeudada de América Latina. El ministro de Hacienda, Magín Díaz, reconoció en declaraciones a Listín Diario el 22 de octubre que “2025 ha sido un año difícil”, aunque aseguró que “República Dominicana sigue siendo una de las economías más fuertes de la región”.
Agua, barro y urgencia
La cifra de afectados por la salida de los acueductos supera el 10 % de la población nacional, lo que evidencia la dependencia crítica de sistemas vulnerables ante crecidas por saturación a causa de las lluvias.
Más de 180 viviendas fueron afectadas por inundaciones, deslizamientos o colapsos parciales, de acuerdo con el COE. En sectores como Villa Jaragua y Enriquillo, los daños estructurales evidencian la falta de planificación territorial y la ausencia de códigos de construcción adaptados al riesgo climático.
Expertos del Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (CODIA) advirtieron en la prensa que el país necesita actualizar sus normativas de edificación, especialmente en zonas costeras y de alta pendiente.
La tormenta Melissa reabre el debate sobre resiliencia constructiva, inversión pública y fiscalización municipal. No ha sido la más intensa, pero sí una de las más reveladoras.
El país necesita fortalecer su capacidad de respuesta hídrica, revisar las normas de construcción, la supervisión y garantizar que cada alerta se traduzca en acción. Porque cada gota que cae sobre un sistema débil cuesta millones. Y cada vivienda que se pierde arrastra una historia imposible de medir en cifras.

