El exitoso agente habla de su particular fórmula arielgrassosystem, que le ha permitido incrementar sus metas y desde el pasado año mantenerse en el primer lugar, dentro de los equipos de Remax Metropolitana, reafirmado ahora con la distinción internacional.
SANTO DOMINGO.- Ariel Grasso anda erguido de orgullo y gritando a los 4 vientos su reconocimiento. Y quién no?…..su grupo ha sido colocado en el Top 6 del ranking de mejores equipos inmobiliarios de Remax en el mundo.
El argentino, habituado a la jerga dominicana con 12 años ya de haber pisado la tierra del merengue; no cabe en la ropa y se infla aún más cuando imagina la cantidad de equipos que posee la franquicia Remax en todo el mundo y su equipo posicionado en el ranking #6.

Ocho mil oficinas en 110 países y pensar que sólo Remax Metropolitana local dispone de 20 equipos….ufff, muchos a nivel global, motivo suficiente para acelerar el paso de sus relaciones públicas, celebrar por lo alto y asegurarse de que hasta en el último rincón se enteren de su hazaña.
“Nos sentimos muy orgullosos porque eso a nosotros nos hace compararnos a nivel mundial, porque en el ámbito local podemos asumir que estamos haciendo las cosas bien, pero cuando tú te sales a verte como estas parado a nivel global y estás dentro del Top Ten, le hace ver que uno está haciendo bien las cosas y eso evidentemente nos llena de orgullo. Ha sido un trabajo de muchos años, de mucho esfuerzo, de mucha disciplina, de mucha rutina, prueba y error”, expone Grasso.
El también mercadólogo lleva 9 años vinculado al mundo inmobiliario y siete en Remax. Inició como agente de bienes raíces independiente hasta que se dio cuenta que necesitaba la estructura y el apoyo de una marca sólida y decidió entrar a la primera firma de bienes raíces llegada a esta media isla.
El exitoso agente habla de su particular fórmula arielgrassosystem, que le ha permitido incrementar sus metas y desde el pasado año mantenerse en el primer lugar, dentro de los equipos de Remax Metropolitana, reafirmado ahora con la distinción internacional.
“He creado como líder de equipo un modelo desde hace varios años que básicamente es un triángulo que consiste en lo siguiente: primero el tiempo que le dedicamos al trabajo, medimos métricas de tiempo de cuanto dedicamos a generar nuevos prospectos; el segundo es el dinero invertido, es decir, en el negocio inmobiliario tenemos que invertir para generar nuevos clientes; y el tercero es la experiencia y para ello hacemos ejercicios para ver todas las objeciones que los clientes pueden tener”, explica con entusiasmo.

Deja claro que los tres puntos deben alinearse para lograr el éxito esperado, uno está atado al otro. A esa receta le añade un corazón en el centro al que llama el “producto correcto”.
Ariel Grasso se define como un “inquieto agente inmobiliario que vive innovando para resaltar, para seguir creciendo, siempre a la vanguardia, probando para mejorar los resultados”.
Su especialidad son los proyectos en construcción, donde junto a su equipo asume la responsabilidad desde el anteproyecto, armando el producto, de manera que sea vendible para los desarrolladores. Su objetivo es venderlos como pan caliente, de ahí que el pasado año se alzó con cerca de 700 unidades en ventas, dice, orondo.
Su equipo dispone de 14 vendedores y cinco personas en el área administrativa. A su modelo arielgrassosystem, le agrega tres ingredientes que asegura complementan su ideal receta que lo conduce a sobrepasar la meta: objetivos claros, cliente a captar, cantidad de captaciones, métricas de todo cada mes, no esperamos que el teléfono suene, sino que tenemos objetivos claros y vamos tras ellos; dos disciplina y constancia, sin rutina constante no conseguirás los resultados deseados; y tercero pasión.
Este servidor inmobiliario entiende que “los actos de este negocio tienen que darse por pasión”, aunque está consciente que mucha gente se ve precisada a empezar el oficio por necesidad, por libertad de tiempo y financiera, entre otras motivaciones; “pero los que alcanzan el éxito son los apasionados”, afirma para terminar sentenciando que “ yo soy uno de ellos, vivo, respiro y sueño bienes raíces”.