Por Leandro Pérez
Especial para El Inmobiliario
El desarrollo inmobiliario bien planificado y debidamente gestionado es indudablemente uno de los principales motores de la economía, en especial en países como República Dominicana sobre quien se encuentran colocados todos los ojos del mundo.
En los nuevos tiempos, el desarrollo inmobiliario conlleva aspectos que buscan la mejora o construcción de infraestructuras para respaldar las nuevas comunidades, ya sea con carreteras, redes de energía eléctrica, sistema de agua potable, parques, y otros servicios públicos, los cuales al final no solo benefician a los nuevos residentes, sino que además impactan en la mejoría de la calidad de vida de quienes ya viven en la zona.
Este desarrollo puede estar dirigido inicialmente a reducir el déficit habitacional de una demarcación específica o para suplir la demanda creciente de una segunda vivienda para uso tipo vacacional o como de inversión.
La ejecución de proyectos inmobiliarios genera en lo inmediato una gran cantidad de empleos directos e indirectos, así como otras oportunidades económicas, y es que el desarrollo de este sector demanda una amplia gama de trabajadores, albañiles, plomeros, arquitectos, personal de limpieza, electricistas, entre otros, tanto en la fase de construcción, como en la operación y mantenimiento de los inmuebles.
De igual modo, provoca la llegada de nuevos residentes y de negocios provocando esto una alta demanda de bienes y servicios locales, como tiendas, supermercados, estilismo, clínicas, proyectos de emprendimientos y otros.
El desarrollo inmobiliario debe ser visto como un aliado que impulsa el crecimiento económico y la generación de empleos en la comunidad a impactar.
El autor es:
Ingeniero civil, gerente general de Punto Inversión RD.
