Durante la revolución del año1965, el restaurante no se cerró, pero una de sus puertas fue afectada por los perdigones de las armas de fuego.
Por Gissel Taveras
elinmobiliariodo@gmail.com
SANTO DOMINGO.– El restaurante Vizcaya guarda dentro de sus paredes 69 años de historia. Ha sido el lugar favorito de los comensales por mantener lo más importante para cualquier negocio: su esencia.
En su interior ha guardado con recelo la alegría, sobriedad y las lágrimas de quienes en sus mesas han sentido las emociones en las diferentes etapas de sus vidas, mientras comparten un rico platillo.
Ubicado en la línea que divide a dos sectores populares de la capital Villa Consuelo y Don Bosco, cuando la ciudad no soñaba con desarrollarse, el Vizcaya se ha convertido con el paso del tiempo en sinónimo de calidad y hogar.
El Inmobiliario conversó con Manuel José Ramón Lombardero, segunda generación, quien tiene 40 años al frente del negocio, hijo del primer propietario José Ramón Lombardero Arias, fallecido en 2019 a los 90 años, tenía 60 años de casado con la dominicana Juana Belkis Romero.

Juana Belkis Romero y José Ramón Lombardero Arias, fundadores del Vizcaya. (Fuente externa).
Al entrar se siente un ambiente muy acogedor, al recibirnos el señor Manuel José resalta por su gran estatura, humildad y por supuesto su amabilidad.
¿Qué deseas comer?, fue lo primero en preguntar mientras nos sentábamos en una de sus mesas, para conversar sobre las anécdotas del querido restaurante.
El señor Lombardero, narra los inicios del Vizcaya, fundado el 22 de mayo de 1955 por doña María Paliza y Vicente Blanco, originarios de España.

Manuel José Ramón Lombardero. Gissel Taveras/El Inmobiliario.
“El restaurante lleva el nombre de una provincia española de donde eran oriundos, pero cuando iniciaron las revoluciones en el país, los propietarios iniciales decidieron vender a la familia Lombardero y por la tradición que ya venía creando el restaurante, se decidió continuar con el mismo nombre”.
Cuenta que en esa época no había muchos restaurantes, eran solo 3 y el Vizcaya es el único que continúa en pie.

La ciudad de Santo Domingo en 1955. (Fuente externa).
“Tenemos una generación muy cautiva que pasa de generación en generación, aquí se da el caso de que vienen personas de 90 años a celebrar su cumpleaños, y nos dicen: aquí yo conocí a mi esposo, y les dicen a sus hijos y nietos que aquí comenzó todo el amor de la familia”, comenta.
Su padre don José Lombardero aprendió cocina en Taramundi, España con su madre, cuando se mudó a la República Dominicana, quiso poner una carnicería, hasta que decidió dedicarse al negocio del restaurante.
Desde muy pequeños los hijos del señor Lombardero Práxedes Iberia y José se criaron dentro del establecimiento de comida tanto española como criolla y son los que actualmente continúan en la administración.
Desafíos
Mantener un restaurante a lo largo de los años, no es tarea fácil, por lo que en el camino se tiene que estar preparado para enfrentar los desafíos.
En ese sentido, Lombardero explica que tuvieron que enfrentar la dictadura de Trujillo, y posteriormente su ajusticiamiento en el año 1961.
“Fue un hecho que metió mucho en miedo a la población, la gente temía en salir, en ese tiempo solo teníamos un horario de medio tiempo de medio día, porque las noches se volvieron turbias”.
Después señala que llegó la revolución del 1965, el restaurante no se cerró, pero una de sus puertas fue afectada por los perdigones de las armas de fuego.
“Mi padre se mantuvo abierto, nos mandó a nosotros al campo con los abuelos, pero él continuó trabajando”.
¿Cuál es el secreto?
Lombardero admite que el trabajo de restaurante es muy arduo, hay que dedicarle muchas horas, por eso es que la mayoría de los cuales no resisten, si duran 10 años es mucho.
“Hay que reinventarse todo el tiempo, preparar el personal, hay que estar arriba de todo, tienes que estar involucrado en la compra, recibir las mercancías, estar en la preparación de la comida, que sea de la mejor calidad”.
Agrega que un secreto del Vizcaya es mantener la comida lo más natural posible, “Nosotros aquí estamos con las mismas fórmulas y procedimientos desde el inicio, no compramos nada procesado, la mayonesa se hace aquí, la salsa de tomate, las verduras y los sazones naturales”, expresa.
Considera que las comidas procesadas hacen mucho daño en la humanidad, y se mantiene en esa textura, van al mercado dos veces a la semana, para escoger lo mejor, además se surten de algunos suplidores.
“La calidad es lo que te garantiza de que la gente siga viniendo”.
Además de la buena comida natural, la adaptación a los nuevos tiempos ha sido fundamental para mantener, atraer y satisfacer los paladares más exigentes.

David y Manuel José Lombardero. Gissel Taveras/El Inmobiliario.
Desde la época que se fundó a la actual, el restaurante se ha remodelado 6 veces, con anexión de un establecimiento con 150 parqueos disponibles, cosa que no había en un principio.
El menú también ha sido adaptado a los clientes “nosotros tenemos 274 platos disponibles, es una lista muy extensa, que no hemos podido reducir”.
Entre risas, Lombardero destaca que le han pasado cosas que no permiten que se quiten platos, por ejemplo “aquí se quitó el caldo gallego, pero apareció un cliente que venía de Bonao, a comerse ese caldo gallego, y dijo no puede ser yo vengo desde lejos a comérmelo”.
Además, la lengua de vaca o de ternera, que a los jóvenes no les gusta mucho, pero hay clientes que lo procuran.
“La guinea, el cordero, comida criolla, la parrilla, bacalao, pescados, postres, aquí hay de todo, es el menú más amplio del país, pasan los años y hay tenerlos ahí, aquí vienen personas ancianitas, en andadores”.
Dice que el menú se ha convertido en una combinación de los antiguos con los actuales, los que les gusta a los mayores y a los más jóvenes.
De igual modo, para el Vizcaya es importante conservar a los empleados que laboran en el mismo, por eso se puede encontrar algunos que tienen décadas, y son considerados como familia.
“El Vizcaya tiene 41 empleados actualmente y realmente somos una verdadera escuela de formación hotelera”.
Asimismo, los fines de semanas explica que es un lleno de personas de todas las edades, que crecieron asistiendo al restaurante, convirtiéndolo más que un lugar de comida, en un hogar.
Comensales
Desde todos los sectores del país, figuras de la política, espectáculo vienen al restaurante atraídos por la calidad en la comida y la tradición de mantener buenos precios.
Y no solo del país, en una ocasión el cantante Rafael de España, visitó el Vizcaya.
“El recordó el restaurante, cuando en una ocasión fue a Radio Televisión Dominicana, cuando era la Voz Dominicana, y quiso regresar para dar una rueda de prensa y comer uno de sus platos”.
Igualmente los cantantes Dani Rivera, La Sofi, Andy Montañez, han sido parte de las figuras internacionales que han desfilado por el lugar.
De las figuras políticas han recibido al presidente de Brasil, Lula da Silva, a los expresidentes, Hipólito Mejía y Danilo Medina, al fenecido político español, Manuel Marín.
En el deporte el Vizcaya ha dado la bienvenida a Mano de Piedra Durán, a personajes de la comunicación como el fenecido Freddy Veras Goico, Salvador Pérez, entre otros.
Con el tiempo el restaurante ha sabido conservar el ambiente familiar que lo caracteriza con el apoyo de sus fieles clientes.
“Seguimos trabajando con hincapié, desde siempre, ahora mi hijo David que estudia Administración de Empresas, se encuentra trabajando en el Vizcaya, siendo la tercera generación de la familia.
30 minutos de conversación no fueron suficientes, ya que 70 años de historia no se explica en dos o tres páginas, pero con una idea más acabada, la charla con el señor Lombardero terminó con el prometido postre y un agradado de conocer lo que no se ve a simple vista, la tradición más allá de sus paredes.