El país atraviesa un momento dorado en turismo y remesas, pero el desafío está en convertir esa bonanza en una economía más equilibrada y resistente.
SANTO DOMINGO.–El más reciente informe LAC Quarterly Economic Outlook (Panorama Económico Trimestral Latinoamérica y Caribe), de Visa Consulting & Analytics, advirtió que la region caribeña depende en exceso de flujos externos, quedando vulnerable a cambios en las políticas comerciales y migratorias de Estados Unidos.
Ante ese panorama, expertos y organismos multilaterales coinciden en que el país debe acelerar una agenda de diversificación productiva, en la que la construcción y la agroindustria se presentan como los grandes protagonistas de la próxima etapa.
Un estudio de 2023 del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) resalta que, para Centroamérica y el Caribe, “la agroindustria, la construcción y el turismo podrían convertirse en motores de crecimiento en los próximos años, siempre que se acompañen de inversiones en infraestructura y mejoras regulatorias».
En el caso dominicano, la construcción, sector que no solo atrae inversión extranjera directa, sino que también genera miles de empleos locales y tiene un efecto multiplicador en insumos como cemento, acero, electricidad y transporte, ha mostrado un dinamismo verificable en proyectos turísticos, residenciales e infraestructura pública.
La economista Paola González, investigadora del INTEC, tiene claro que no es solo edificios y turistas, entiende que la clave es alinear la inversión inmobiliaria y turística con el desarrollo regional: “La construcción de nuevos polos turísticos no debe limitarse a complejos hoteleros, sino que debe incluir vivienda, servicios básicos y conectividad, de modo que se logre un crecimiento equilibrado y sostenible.”
Diversificación turística
El Ministerio de Turismo ya impulsa la creación de polos emergentes en Miches, Samaná, Costa del Ámbar y Santiago, con proyectos habitacionales, hoteleros y de infraestructura vial, probablemente con la intención de disminuir la concentración en Punta Cana, que sigue absorbiendo más del 60 % de los visitantes internacionales.
Pero esta estrategia, además de distribuir mejor los beneficios económicos, abre un campo fértil para el desarrollo inmobiliario en provincias con alto potencial, lo que representa una oportunidad de oro para el sector constructor.
Otras voces como el Centro de Información Dominicana (dominicanaonline.org), advierten que el turismo debe ser sostenible y “crear vínculos entre hoteles y productores locales, garantizando que las comunidades periféricas también se beneficien de la llegada de visitantes”.
Y en este esquema de desarrollo turístico, la construcción juega un rol clave, pues debe involucrar desde pequeños centros de servicios comunitarios hasta mercados locales, carreteras secundarias y proyectos de vivienda que integren a las comunidades con las cadenas de valor del turismo.
Sostener la inversión sin frenar la competitividad
Otro reto crucial es la reforma tributaria. La Fundación Friedrich Ebert Stiftung (FES), señala que el país mantiene una presión fiscal históricamente baja en comparación con sus pares regionales, lo que limita la capacidad del Estado para financiar infraestructura y servicios.
El economista Miguel Collado Di Franco, del Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES), advierte que “Una reforma fiscal no puede ser puramente recaudatoria; debe fomentar la inversión privada y garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas».
Para la construcción, una modernización tributaria bien diseñada significaría acceso a mejores condiciones de financiamiento público y mayor estabilidad en proyectos de largo plazo.
Finalmente, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) recomienda que países como República Dominicana fortalezcan su institucionalidad mediante la diversificación de comercio, inversión en innovación y la creación de entidades ágiles, similares a bancos de desarrollo, que provean financiamiento a largo plazo.
Este tipo de instituciones podrían facilitar créditos para proyectos de vivienda social, parques industriales y polos agroindustriales, integrando así la construcción en una estrategia nacional de desarrollo local.
Cifras clave
Turismo e inversión
- 6,1 millones de turistas en el primer semestre de 2025 (+9 % interanual).
- 12 millones de visitantes proyectados para cierre de 2025 (récord histórico).
- US$20.500 millones aportados por el turismo al PIB en 2024 (16,1 % del total).
- Más de 876.000 empleos generados por el sector turístico (17,6 % de la fuerza laboral).
- US$3.500 millones en inversión turística e inmobiliaria acumulada desde 2022; se prevé que se duplique hacia 2026.
- Proyectos en Miches con más de US$1.000 millones en desarrollo de hoteles, villas y residenciales.
Remesas y divisas
- US$5.826 millones en remesas en el primer semestre de 2025 (+11,2 %).
- Las remesas representan cerca del 10 % del PIB.
- Turismo y remesas suman más de US$22.000 millones en divisas anuales.
Construcción e inmobiliario
- Déficit habitacional estimado: más de 1.4 mm de unidades.
- Crecimiento de proyectos residenciales y turísticos en polos emergentes: Miches, Samaná, Costa del Ámbar y Santiago.
- Inversión estimada en el sector construcción (2023-2025): más de US$5.000 millones entre turismo, infraestructura y vivienda.
Riesgos y vulnerabilidades
- Dependencia de EE. UU. en turismo (mayor mercado emisor) y remesas (1,5 millones de dominicanos en la diáspora).
- Posible impacto de cambios en políticas migratorias y comerciales estadounidenses sobre flujos externos.
- Baja presión fiscal limita capacidad estatal de financiar infraestructura y programas sociales.
Inmobiliario: un mercado en expansión
El boom inmobiliario que ha detonado con el auge del turismo, solo en Miches proyecta una inversión superior a US$1.000 millones en hoteles, villas y proyectos residenciales durante los próximos cinco años, según el Ministerio de Turismo.
En Samaná, cadenas internacionales ya han anunciado nuevas aperturas, mientras que en la Costa del Ámbar se desarrollan complejos turísticos-residenciales que combinan segunda vivienda y alquiler vacacional.
El sector privado estima que la inversión en construcción turística y residencial supera ya los US$3.500 millones acumulados desde 2022, cifra que podría duplicarse para 2026 si se concretan los planes en curso.
En paralelo, la demanda habitacional interna sigue creciendo. El déficit cuantitativo era de más de 600.000 viviendas en 2006, pero las investigaciones recientes, especialmente aquellas respaldadas por organismos como el BID, el Banco Mundial sugieren un déficit considerablemente mayor, cercano o superior a 1.4 millones, mientras que Habitat for Humanity, con un alto enfoque cualitativo, estima que son 2.19 millones de unidades las que hacen falta.
Este panorama abre un espacio importante para desarrolladores inmobiliarios, especialmente en el segmento de interés social y en ciudades intermedias como Santiago, La Vega o San Cristóbal.
Resumen comparativo
Fuente | Estimación del déficit habitacional | Notas relevantes |
Banco Nacional de la Vivienda | ≈ 600,000 viviendas (2006) | Citado por Leonardo Matos Berrido; cifra moderada Hoy Digital |
Ministerio de Vivienda (MIVED) / BID | > 1.4 millones de viviendas (2022) | Basado en Plan Decenal; comprende déficit cualitativo Presidencia de la República Dominicana |
Banco Mundial | ≈ 1.4 millones (51 % del parque habitacional) | Incluye cuantitativo y cualitativo Banco Mundial |
Habitat for Humanity | > 2.19 millones de viviendas | Alto enfoque cualitativo habitat.orghabitatdominicana.org |
Modernización fiscal
La reforma fiscal es odiosa y tiene un peso político que los últimos gobiernos han querido soslayar, pero, algunos economistas y expertos locales coinciden en la necesidad de que la misma sea ya, integral, progresiva y acompañada de una ley de responsabilidad fiscal que garantice sostenibilidad.
Apolinar Veloz, ex gerente del Banco Central, ha insistido en que debe ser progresiva, de manera que “quien tenga más dinero, pague más impuestos”, dijo en el periódico El Dinero, como condición para corregir las desigualdades del sistema actual.
También el economista Franklin Vásquez advirtió que el país está cayendo en una “trampa fiscal” al retrasar la discusión de este tema, subrayando que “la situación es insostenible y se requiere una reforma tributaria integral de forma urgente.”
La preocupación también ha sido compartida desde centros de análisis. El vicepresidente ejecutivo del CREES, Miguel Collado Di Franco, citado en 2024 por República Dominicana Live, que existe “una necesidad de reforma en la parte fiscal… hay que ponerle atención porque la situación es preocupante”. Incluso el exministro de Economía, Isidoro Santana, reconoció el costo político de este debate, pero fue categórico al afirmar que “es fundamental que el Congreso la apruebe, pues la República Dominicana necesita urgentemente una modernización de su sistema tributario.”
En resumen, la República Dominicana tiene en la construcción, la agroindustria y el turismo diversificado los ejes para blindar su economía ante choques externos.
La apuesta por nuevos polos turísticos y habitacionales, junto con un marco fiscal modernizado y una institucionalidad fortalecida, no solo responde a una necesidad económica, sino que abre una ventana de inversión histórica para el sector inmobiliario.
El reto es claro: que cada proyecto, desde un resort en Miches hasta un complejo de viviendas en Santiago, no solo levante estructuras de concreto, sino también cimientos de resiliencia económica y desarrollo inclusivo para todos, en todo el país.
Y para sostener la resiliencia económica y financiar de manera estable su desarrollo inmobiliario, turístico y social, la reforma fiscal se hace urgente.