EL GRAMAZO, CORDILLERA CENTRAL. – En una jornada cargada de indignación y dignidad, decenas de familias de la comunidad de El Gramazo, entre Padre las Casas y Constanza, descendieron el pasado fin de semana hacia el Río en Medio, en una marcha a pie, a caballo y en motores, llevando carteles, cantos de protesta y una sola determinacion: exigir al gobierno la atención que durante años les ha sido negada.
Los comunitarios que participaron en la protesta pacífica quieren llamar la atención del presidente Luis Abinader porque dicen sentirse olvidados por los funcionarios que el Estado ha asignado para atender sus requerimientos de caminos transitables, acceso a salud, escuelas dignas, energía eléctrica y, sobre todo, la construcción del puente sobre el río Grande, vital para conectar la comunidad con los municipios cercanos.
El lugar de la concentración fue en el sitio del río Grande donde debería estar el puente. Un entorno montañoso y rural, rodeado de vegetación frondosa y piedras redondeadas por la corriente de agua cristalina que serpentea formando pequeñas corrientes y remolinos. El paisaje es agreste y vibrante, pero los comunitarios quieren que se vea más allá de la belleza, su cotidianidad afectada por la falta de ese puente.
“Estamos cansados de enviar cartas, de ir a oficinas, de hacer comisiones, de llamar a todos lados. Nadie nos escucha”, denunció con voz firme Glenys Delgado, líder comunitaria que ha sido la voz de las más de veinte comunidades que conforman esta olvidada región de la sierra que colinda con Constanza, donde la intransitabilidad de los caminos ha cobrado vidas.
Los comunitarios dicen sentirse olvidados por el Gobierno. (Cortesía César De la Cruz).
“Las últimas víctimas fueron una señora llamada Griselda y su niña de ocho años. Se accidentaron por la mala condición de la carretera en un accidente en el que hubo seis heridos más. Tuvimos que hacer malabares durante horas para poder sacarlos y llevarlas a un hospital, cargadas a hombros. Muchos se nos han muerto en el camino”, lamentó la joven dirigente comunitaria.
Promesas incumplidas
Durante el gobierno de Danilo Medina, se había asignado maquinaria pesada para el mantenimiento vial continuo: un buldózer, una pala mecánica y un gredar. “Eran para mantener los caminos despejados, especialmente cuando llueve. Pero en este gobierno desaparecieron sin ninguna explicación. Fue como un acto de magia”, denunció Delgado.
La dirigente también denunció que la escuela de El Gramazo, inaugurada hace apenas cinco meses, después de un larga lucha de más de 10 años, ya presenta inundaciones. “¿Así pretenden dignificar la educación?”, preguntó indignada.
“Señor presidente, mire hacia la sierra, mire. Aquí también vivimos seres humanos. Aquí también izamos la bandera dominicana. Nos prometió apoyo y no lo hemos recibido. Nos tratan como mendigos, no como ciudadanos. Exigimos el reinicio de los proyectos suspendidos: la carretera a Constanza, la electrificación, el proyecto agroforestal, las escuelas. ¿O fueron solo promesas vacías?”.
El reclamo de El Gramazo no es solo por un puente: es por la posibilidad de vivir con dignidad. “Sin caminos, sin salud, sin educación, sin luz, sin apoyo agrícola, no hay futuro. Esta cordillera olvidada clama por justicia”, concluyó Delgado mientras la comunidad entonaba cánticos de resistencia en la ribera del río.

