Dijo que según estudios la congestión en el Distrito Nacional genera pérdidas anuales estimadas en RD$10,368 millones en productividad y RD$10,150 millones en combustible.
SANTO DOMINGO- A propósito de RD Se Mueve, el plan lanzado por el Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (Intrant) el pasado mes de junio buscando descongestionar el tránsito en la capital dominicana, el arquitecto Marcos Martínez alertó que la crisis del tránsito en el Gran Santo Domingo no puede resolverse con operativos puntuales ni medidas aisladas.
“El Distrito Nacional no debe seguir tratándose como una unidad administrativa cerrada. Su funcionamiento depende, y a la vez condiciona, a municipios como Santo Domingo Este, Norte, Oeste, Los Alcarrizos y Boca Chica”, afirmó el exdirector de Planeamiento Urbano de Santo Domingo Este y Oeste.
El profesional advirtió sobre el impacto directo de la congestión vehicular en el valor del mercado inmobiliario. “Zonas con vocación residencial o comercial pierden competitividad cuando el acceso se convierte en una desventaja por la congestión y el bajo nivel del transporte público. Esto afecta a desarrolladores, residentes, comerciantes y al sistema financiero que respalda estos activos”.
El arquitecto llamó a abrir un debate técnico sobre la gestión urbana territorial, más allá de críticas o celebraciones superficiales ante operativos recientes. “Reconocemos cualquier esfuerzo para enfrentar el caos del tránsito, pero advertimos que las soluciones no pueden ser reactivas, sino estratégicas y estructurales”, expresó.
Asimismo explicó que el Distrito Nacional, como núcleo de centralidad institucional y económica del país, no puede seguir gestionando como una unidad aislada, pues su funcionamiento depende directamente de los municipios periféricos como Santo Domingo Este, Norte, Oeste, Los Alcarrizos y Boca Chica. A diario, miles de ciudadanos se desplazan desde estos municipios al Distrito Nacional para trabajar, estudiar o recibir servicios, lo que genera tensiones territoriales que desbordan la capacidad vial existente, especialmente en las denominadas «horas pico».
Marcos Martínez. (Fuente externa).
Según Martínez, aunque el debate en medios y redes sociales es legítimo, se requiere un respaldo técnico que permita construir propuestas efectivas. En ese sentido, destacó la necesidad de adoptar herramientas metodológicas aplicadas internacionalmente, como el modelo colombiano BIT‑PASE, que analiza el territorio como un sistema de relaciones entre las variables fundamentales: Población, Ambiente, Sociedad y Economía (PASE).
Este modelo incorpora el enfoque TEI (Tensiones e Interacciones de las Acciones en el Territorio), que permite identificar conflictos entre variables y proyectar escenarios integrados de intervención a través de matrices de análisis. “El objetivo es generar propuestas de equilibrio frente a los momentos críticos de confluencia de actividades urbanas en tiempo y espacio”, indicó.
Asimismo señaló que datos técnicos revelan que la congestión en el Distrito Nacional genera pérdidas anuales estimadas en RD$10,368 millones en productividad y RD$10,150 millones en combustible, lo que representa cerca del 30 % del consumo mensual de gasolina. Además, cada trabajador pierde en promedio 90 minutos diarios en desplazamientos, lo que equivale a más de 40 días laborales al año.
Ante este panorama, el arquitecto sostiene que una inversión estimada en RD$600 millones para un sistema inteligente de tránsito, articulación público-privada y educación vial, sería significativamente menor al costo anual de la inacción, que supera los RD$20,000 millones.
“El tránsito no se resolverá con operativos esporádicos. Las ciudades son sistemas vivos, complejos e interconectados, y su gestión requiere estrategias sostenidas y decisiones basadas en análisis técnicos”, concluyó.
Finalmente, el arquitecto instó a las autoridades y actores privados a planificar con visión de futuro y bajo un enfoque intermunicipal. Entre las recomendaciones claves destacó:
- Escuchar la dinámica intermunicipal.
- Planificar con base poblacional y ambiental (BIT-PASE).
- Articular instrumentos como planes de ordenamiento territorial (POT) y planes metropolitanos.
- Coordinar la acción entre gobierno, academia, sector privado y ciudadanía.

