SANTO DOMINGO.-Ella es la prueba de que la vida forja diamantes bajo presión. Madre dedicada y empresaria visionaria, transformó el dolor en energía creadora y los desafíos en aprendizajes. Con resiliencia y gratitud, ha construido no solo proyectos, sino también un legado de fe, fortaleza y esperanza.
La historia de Annies Gómez en el mundo inmobiliario comenzó hace más de dos décadas, cuando tenía 22 años, siendo madre joven y encontró en una constructora de Santo Domingo Oeste la oportunidad de formarse en cada eslabón del sector: desde lo administrativo y las ventas, hasta el acompañamiento técnico en ingeniería. También descubrió la pasión que más tarde la llevaría a fundar su propia empresa.
Como el diamante, ella representa belleza y una fortaleza inquebrantable. Su gran impulso fue su esposo, el ingeniero Andy Santana Hernández, quien creyó firmemente en su capacidad para trascender en un sector tan complejo.
Tras su partida a la eternidad, en medio de la pandemia y con un bebé en brazos, Annies se rehizo, determinada a no rendirse. “Pensé en tirar la toalla más de una vez, pero mi motor siempre han sido mis hijos, mi equipo y los clientes que confían en nosotros”, confiesa.
De esa resiliencia nació Houselink, SRL, una firma que pasó de ventas y alquileres a proveedor integral de soluciones inmobiliarias. Annies lo explica con la claridad de quien reinventa sin perder la esencia: “La filosofía sigue siendo la misma: profesionalidad, integridad y calidad. Pero hemos ampliado la visión para adaptarnos a un mercado que exige innovación, tecnología y alianzas inteligentes”.
La empresaria habla de reingeniería como un proceso vital y empresarial y con ese mismo temple enfrenta los retos del sector: la volatilidad de los mercados, la sobreoferta poco rentable, los cambios regulatorios y las secuelas de un período atípico de ventas en pandemia. Cada obstáculo, asegura, ha sido también aprendizaje y oportunidad de crecimiento.
Delicada en el trato, firme en las decisiones, Annies asume con naturalidad las exigencias de liderar y de ser madre. Reconoce los sacrificios, pero nunca duda en lo esencial: “No hay dinero que devuelva un abrazo de tus hijos ni la satisfacción de estar presente en los momentos que marcan sus vidas”.
Hoy, cuando se la escucha, queda claro que su mayor legado no será solo una empresa sólida, sino la inspiración de una mujer que supo reinventarse con gratitud, convicción y fuerza. Un referente de que la verdadera fortaleza, como los diamantes, se forja bajo presión y brilla con luz propia.
Artículo publicado originalmente en la segunda edición de Mujer de Concreto.

