SANTO DOMINGO.-Anarelys de la Cruz es una agente inmobiliaria que entendió que la especialización es clave para destacarse en un mercado demandante y competitivo. En sus más de 16 años de experiencia, aprendió que la clave del éxito está en “trabajar con enfoque, con honestidad y con un trato personalizado”.
De la Cruz, quien se describe como luchadora y vendedora innata, llegó al sector inmobiliario tras vender su salón de belleza debido a una enfermedad que atravesó. “Una amiga se acercó, que es una agente inmobiliaria, y me dijo: ‘Mira, este negocio puede ser para ti’”.
Esta amiga, quien vio en Anarelys su potencial, se convirtió en su punta de lanza para poner en práctica su pasión por servir a los demás. “Ella veía mi forma de trabajar en el salón: era yo misma quien lo atendía y les vendía siempre cosas”.
Recuerda que empezó de la mano de un reconocido agente inmobiliario, quien le permitió adquirir experiencia durante cuatro años, donde aprovechó cada oportunidad para formarse y aprender los términos del mercado. Este conocimiento le permitió pasar de vender apartamentos de un millón a edificios completos.
Luego de varios años, la mercadóloga entendió que había llegado el momento de emprender y se lanzó como broker owner de Anarelys Bienes Raíces, donde cuenta con un equipo de más de 10 profesionales de distintas áreas.
“Me formalicé, puse todo en orden y le di para adelante. Cuando vino la pandemia, eso fue la cúspide, y todo se dio en grande”, señala, al indicar que es importante invertir en el personal, rodearse de expertos y crear estrategias para crecer.
En sus inicios, se dijo: “déjame enfocarme en un sector”. Así eligió trabajar en Los Prados, donde logró posicionarse. Hoy su cartera abarca el Polígono Central, proyectos en Punta Cana y propiedades de lujo en Santo Domingo.
Para Anarelys, los agentes deben entender que vender una propiedad es acompañar a una persona en la realización de un sueño. “No es como vender habichuelas ni nada parecido. Usted está vendiendo algo de peso”, donde debe agotarse un proceso.
Recomienda ofrecer un seguimiento constante a los clientes, ya sea a través de canales digitales o con detalles personalizados. Además, motiva a grabar videos testimoniales, que reflejen el impacto del servicio ofrecido.
Invita a las mujeres a procurar tener un equilibrio entre la vida personal y la laboral, ya que esto ha sido parte fundamental para desarrollar su trabajo con excelencia.

