La tasa del dólar cerró ayer en RD$62.69 y abre interrogantes: ¿hasta dónde llegará en 2026 y podrá la economía resistir un dólar más caro? El Gobierno, los banqueros y los empresarios defienden la estabilidad, pero advierten que la calma podría tambalearse si persisten las presiones externas.
SANTO DOMINGO. – El dólar estadounidense, la moneda dura de referencia en el país, cerró el 25 de diciembre de 2025 en torno a RD$62.60 por unidad, según datos oficiales del Banco Central de la República Dominicana (BCRD), luego de un año de subidas y bajadas, moviéndose en un rango de RD$58.7 a RD$64.4 pesos por cada dólar, reflejo de depreciación de la moneda local en 5.7 puntos.
Se atribuye este comportamiento a las presiones externas, como las tasas de interés internacionales y el precios de los combustibles, aunque los expertos también señalan la demanda interna de divisas para importaciones y el dinamismo del turismo y las remesas.
En marzo, el gobernador del BCRD dijo que “Las fluctuaciones recientes del tipo de cambio responden a factores estacionales de demanda y a la situación de incertidumbre global. La economía dominicana mantiene estabilidad gracias a la credibilidad de sus instituciones y a la disciplina macroeconómica, y el Banco Central está preparado para implementar medidas que eviten una volatilidad excesiva del tipo de cambio, protegiendo así la meta de inflación y la estabilidad».
En ese mismo mes Leonel Castellanos Duarte, presidente de la Unión Nacional de Empresarios (UNE), declaraba que “Los agentes económicos han observado con alarma el comportamiento errático del dólar estadounidense frente al peso dominicano. Es necesario que el Banco Central implemente medidas correctivas que frenen la depreciación del peso y devuelvan confianza al mercado».
En abril el Banco Central ajustó al alza su proyección del tipo de cambio para el cierre de 2025, situándolo en RD$64.80 por dólar, insistiendo en los factores internacionales y la demanda de divisas.
Para el mes de junio, el Banco Central, en su Informe de Política Monetaria decía: “El comportamiento del tipo de cambio refleja presiones externas, pero el sistema financiero mantiene condiciones de liquidez y estabilidad que permiten enfrentar episodios de volatilidad sin comprometer la meta de inflación».
En un comunicado del 13 de diciembre de 2025, el BCRD explicó que las tasas de referencia se calculan como promedio ponderado de las transacciones en el mercado spot, también llamado mercado al contado, que se caracteriza porque las operaciones se liquidan de forma inmediata o en un plazo muy corto, generalmente hasta dos días hábiles, lo que garantiza transparencia en la formación de precios.
Un año de estabilidad
El cierre de 2025 confirma un año de relativa estabilidad cambiaria, con una depreciación moderada del peso frente al dólar dentro de los márgenes previstos por el Banco Central. Las cifras oficiales y las declaraciones del gobernador Héctor Valdez Albizu apuntan a que el sistema financiero mantiene solidez y liquidez suficientes para enfrentar presiones externas.
De cara a 2026, las proyecciones de crecimiento económico en torno al 4-5% se sostienen en sectores como turismo, inversión extranjera y zonas francas.
Sin embargo, voces empresariales como la de Celso Juan Marranzini, presidente del CONEP (Listín Diario, 4 de junio de 2025), advierten que la economía sigue expuesta a factores globales y enfatizó las tensiones geopolíticas, que tienden a encarecer las importaciones y aumentar la carga de deuda en dólares.
Factores determinantes
– Política monetaria internacional: la persistencia de tasas altas en EE. UU. fortaleció al dólar y presionó monedas emergentes.
– Importaciones de combustibles e insumos: la factura petrolera y de alimentos elevó la demanda de divisas.
– Turismo y remesas: estos ingresos compensaron parte de la presión cambiaria, aportando liquidez al mercado.
– Inversión extranjera directa: flujos hacia energía, construcción y zonas francas ayudaron a estabilizar la oferta de dólares.
Una lectura conjunta
Las declaraciones de las principales voces económicas del país permiten trazar un consenso: la estabilidad cambiaria ha sido preservada, pero los riesgos externos siguen latentes. El gobernador del BCRD, Héctor Valdez Albizu, llamó a la prudencia en un contexto de incertidumbre internacional, subrayando que el sistema financiero es la “espina dorsal” de la economía.
Desde la banca privada, Christopher Paniagua (Banco Popular) restó preocupación a los movimientos de inicio de año, atribuyéndolos a factores estacionales, mientras que Steven Puig (Banco BHD León) destacó la disciplina macroeconómica y la fortaleza del sistema financiero como garantías frente a episodios de volatilidad.
Por su parte, el presidente del CONEP, Celso Juan Marranzini, insistió en que el crecimiento debe ir acompañado de bienestar social y confianza entre sectores, y reclamó una “visión-país” capaz de superar el estancamiento estructural.
El Gobierno y el Banco Central proyectan un crecimiento de entre 4% y 5% para 2026, apoyado en turismo, construcción y zonas francas. Sin embargo, reconocen que la economía dominicana sigue expuesta a nuevas alzas de tasas de interés en Estados Unidos, volatilidad en los precios internacionales de combustibles y tensiones geopolíticas que afectan el comercio global.
Si el dólar continúa fortaleciéndose en 2026, los riesgos serían claros: inflación importada, presión sobre los costos empresariales, mayor carga de la deuda externa y un posible freno en inversión y empleo.
Aunque la tasa de cierre de 2025 confirma estabilidad relativa, el futuro inmediato dependerá de la capacidad del país para mantener confianza institucional, reforzar la productividad interna y sostener el diálogo entre gobierno, banca y empresarios.
La estabilidad cambiaria, más que un dato técnico, se convierte en un punto de encuentro entre actores económicos que reconocen tanto los avances como los desafíos que se avecinan.



