En marzo de 1970, la familia de Pipe Sereno se mudó a la antigua finca de los Trujillo, al oeste de Santo Domingo, origen de lo que al cabo de más de cincuenta años conformarían los sectores Mirador Sur, Norte, Los Cacicazgos, Real y Los Restauradores, la mayoría de ellos colindantes con el gran pulmón de la ciudad de Santo Domingo: el Parque Mirador Sur, inaugurado por el ex presidente Joaquín Balaguer durante su segundo mandato el 25 de diciembre de 1970.
En la actualidad constituyen exclusivos espacios urbanos que albergan a la clase media alta, plazas comerciales y empresas, torres y edificios de apartamentos que compiten en altura, consumo y confort con zonas urbanas de Miami o Panamá, en un país como la República Dominicana con un crecimiento sostenidos en las últimas décadas entre cuatro y cinco por ciento.
Sin embargo, pese al progreso y el bienestar de sus inquilinos y propietarios, de los comercios instaladas y la prosperidad empresarial, el conjunto de estos privilegiados sectores están incluidos dentro de la ciudad de Santo Domingo, Primada de América, una metrópoli que con el paso de los años se ha convertido en un monstruo amorfo, caótico y de gran congestión vehicular. La movilidad urbana es frustrante, fatigosa y ralentiza las actividades cotidianas de sus ciudadanos.
Según el informe del Banco Mundial publicado en el año 2022 “Preparando el terreno para ciudades y territorios prósperos. Revisión de la urbanización y los territorios en la República Dominicana”, la expansión del Gran Santo Domingo ha sido sostenida en décadas recientes, creando una demanda enorme por viviendas formales y servicios públicos de calidad.
Un diagnóstico reciente del Ministerio de la Vivienda y Edificaciones (MIVED) y la Oficina Nacional de Estadística (ONE), señalan un déficit habitacional significativo y una alta proporción de asentamientos informales con condiciones de vivienda deficitarias.
De acuerdo con los resultados, el déficit habitacional total en la República Dominicana, para el año 2020, es de 1,464,463 viviendas, representando esta cifra el 44.1 % sobre el total de viviendas ocupadas. De este total, el déficit cualitativo es de 1,071,380 viviendas (32.26 %) y el déficit cuantitativo es de 393,083 viviendas (11.84 %).
La falta de vivienda asequible empuja la ocupación de suelos no aptos (laderas, cauces, manglares), lo que incrementa el riesgo ante inundaciones y deslaves y complica la provisión de servicios básicos.
Movilidad y transporte
El sistema de movilidad del Gran Santo Domingo combina metro, teleférico, autobuses estatales, microbuses y transporte informal ( carros de conchos). La integración modal, la capacidad de flota, la calidad del servicio y la congestión siguen siendo retos persistentes. Hay proyectos y apoyo internacional para consolidar sistemas integrados de transporte, pero la transformación requiere políticas de largo plazo, regulación del transporte informal y financiación sostenida, indica el estudio del Banco Mundial.
Gobernanza, planeamiento y coordinación interinstitucional
La gestión urbana en Santo Domingo involucra múltiples actores: el Ayuntamiento del Distrito Nacional (ADN), municipios del Gran Santo Domingo, ministerios (Vivienda, Obras Públicas, Medio Ambiente), y organismos nacionales como la ONE. Los diagnósticos internacionales (Banco Mundial, BID) han identificado desafíos en la capacidad técnica municipal, fragmentación institucional y necesidad de marcos de planificación territorial que integren transporte, vivienda, medio ambiente y finanzas municipales.
Riesgo climático y resiliencia urbana
Santo Domingo está expuesta a eventos climáticos intensos (y a riesgos costeros-ahora el sargazo). Instituciones públicas o privadas inmersas en los proyectos y planes de adaptación priorizan la resiliencia urbana, especialmente en zonas históricas y costeras —pero la escala de intervención necesaria (infraestructura de drenaje, restauración de humedales, planificación costera) aún es grande.
Pipe Sereno ahora vive en un modesto edificio de apartamentos en el Mirador Sur. Atrás quedó la humilde casa unifamiliares de tres habitaciones con marquesina para un solo vehículo, jardín y patio trasero sembrado de árboles de aguacate, mango y níspero, lo que era antes un regalo del universo ahora es cemento, escaleras de hierro, cámaras de vigilancia y cerraduras especiales para evitar males mayores.